Hoy visitamos la tranquila población de Abejuela, localidad ubicada en las estribaciones meridionales de la sierra de Javalambre, allí donde se fusionan las tierras turolenses con las de Valencia y Castellón.
Nos espera una agradable ruta, muy próxima en espacio y tiempo a nuestra visita a La Almeza. El característico paisaje de esta parte de Javalambre con sus lomas redondeadas, sus prados de altura, sus barrancos, extensos pinares, construcciones que atestiguan unos modos de vida atados a una no muy lejana economía de subsistencia basada en la actividad agrícola y ganadera. Tierras difíciles, esclavas de climas extremos que dirigen la actividad humana. Hoy en día, los urbanitas buscamos estos paraísos para cargar las pilas y desconectar aunque sólo sea por unas horas.
Y a eso venimos, a desconectar y a recorrer estos bonitos parajes.
La ruta propuesta para este sábado no entraña excesiva dificultad, es agradable de recorrer a pesar de que transcurre muchos tramos por pista y no está muy señalizada. Andaremos siempre por encima de los mil metros. En la parte alta, invita a salir de los caminos para recorrer las lomas, el reino de las sabinas rastreras, excelentes miradores donde deleitarnos con el paisaje circundante.
Salimos de Abejuela, primer pueblo turolense viniendo desde Valencia vía CV-345 con desvío antes de la Yesa, buscando la parte alta del pueblo.
Localizamos un bonito aljibe abovedado, relativamente moderno, junto a la carreterilla que va hacia Manzanera.
Desde allí buscamos un sendero que se eleva en dirección este por las lomas de la Casilla.
Vemos, y esa será la tónica de la ruta, algunas señales blanquiamarillas de un PR que seguiremos. El estado de las marcas y algunos postes señalizadores que veremos más adelante parecen indicar que el PR o no está homologado o está en vías de serlo, lo desconozco.
Esta primera subida nos acerca al cerro de La Casilla. Unos disparos de escopeta nos dan la bienvenida. Afortunadamente no somos el objetivo aunque no está de más hacernos patentes por si las moscas. Un corral abandonado domina la loma y desde allí proceden los tiros.
El cazador nos "tranquiliza" diciendo que va a pluma, no a pelo. En fin, ...
Seguimos por una pista en dirección a la Cerradilla.
El terreno se ha suavizado. Llegamos al altiplano y divisamos hacia el este unos terrenos cultivados junto a las Casillas de Gallotero.
Allí decidimos dejar la pista y subir campo a través por la ladera de la loma de la Rocha de la Santa. Nos encontramos, en esta ladera, con restos de construcciones de lo que, parecen ser, antiguas trincheras desde las que se domina el valle.
Una vez arriba seguimos por la ondulada cresta, en dirección norte, camino de la Ermita de Santa Margarita cuya edificación bien encalada tenemos a la vista.
Llegamos a ella, una preciosa Ermita que se fue reconstruyendo desde sus orígenes, en el siglo XIII y que es destino de una romería desde Abejuela en el mes de julio.
Un porche o atrio con un murete abierto entre dos bonitas columnas da paso a un pórtico con arco de medio punto.
Un lugar en el que aprovechamos para almorzar y disfrutarlo durante un buen rato. Un perrito pastor nos acompañó en la estancia hasta que su "primo de zumosol" se lo llevó.
La estupenda mañana invitaba a quedarse en tan relajante lugar acariciado por el sol y que costó un poco abandonar.
Foto de grupo y a continuar.
(by J.Manuel) |
Para ello tomamos la pista que sale desde la ermita en dirección oeste (hay un poste) ...
... y por la que bajaremos hasta la pista asfaltada de Manzanera que cruzamos.
Unos metros a la izquierda veremos otro poste señalizador del camino que habrá que seguir, hacia la Fuente de La Risca del Agujero.
El camino asciende bajo una estupenda pinada y gana altura hasta las lomas cimeras de las Ramblillas.
Atrás queda la Ermita |
El pinar da paso a las sabinas rastreras y los cojines de monja.
Vistas al suroeste |
Vistas al noroeste con la cima de Javalambre al fondo |
De las Ramblillas seguimos, abandonando el camino principal, ...
... hacia la carretera de Manzanera que volvemos a atravesar para subir por las lomas de enfrente hasta alcanzar el punto más alto de la ruta.
Fernando y MªJosé a 1.551m. de altitud |
Excelentes vistas de Javalambre.
Un rápido sube y baja fuera del circuito principal al que volvemos ...
... para conectar con el camino del Pinar Quemado por el que llegaremos a la Fuente de la Risca. La pista ladea la montaña del mismo nombre y deja a la derecha el barranco de los Pocicos o Rambla de la Abejuela, límite provincial y autonómico.
Atajamos una lazada de la pista para descender hasta la fuente.
Una bonita chopera vestida de otoño nos señala el lugar.
La fuente está bajo llave y, rambla abajo, parece canalizada.
Ni rastro de agua. En las paredes de la Risca distinguimos la entrada de un túnel o mina de agua.
Siguiendo la rambla por la izquierda llegamos a las ruinas de la Casilla de la Risca con su seco abrevadero.
Allí localizamos las señales del PR que circula por un sendero paralelo a la pista que va por arriba y en la que acabaremos abocando.
De ahí en adelante sólo tenemos que seguir esa pista para volver a Abejuela.
Destacar en ese camino su último tramo, junto al Barranco Medio, en el que destacan los vistosos colores otoñales de los Arces de Montpellier o Arce Menor.
Acer monspessulanum |
Llegando al pueblo aparecen huertos de manzanos y membrillos.
En Abejuela hubo tiempo de refrescarnos con unas cervecitas antes de volver para casa.
Habíamos pasado una "primaveral" (por la agradable temperatura) y soleada mañana de este otoño que se resiste a llegar.
Adéu.
3 comentarios :
Hola:
Apacible ruta por lo que cuentas, a excepción del personaje aquel que iba "a pluma" y no " a pelo"...
Manda c... narices. Cuando los que amamos y disfrutamos de la naturaleza nos cruzamos con sujetos de esta índole se nos enerva el alma.
Saludos.
La naturaleza no la ama usted mas que muchos cazadores que soñamos con ella. Aunque la respuesta voy a pluma no a pelo no fuera la mejor. Queria decir que tiraba en alto nunca a ras de suelo con lo cual podian estar tranquilos. Hay cazadores muu burros. Cierto. Pero tb senderistas por moda del ultimo lustro que no saben ni lo que es un caracol.
Nunca he mencionado que ustedes, los cazadores, no amen la naturaleza.
La aman a su manera y yo respeto su actividad mientras no interfieran en la mía como se ha dado en más de una ocasión. Ustedes tienen sus reglas que tendrán que cumplir como todo hijo de vecino. Más de una vez nos hemos topado con batidas sin anunciar ni señalizar y toca bajar el pescuezo y darse media vuelta. Las escopetas imponen ...
En fin, señor "amante de la naturaleza y caza controlada",
Respecto a los senderistas del último lustro, habrá de todo como con los cazadores. En nuestro caso ya tenemos el culo pelado y hemos recorrido cientos de parajes y montañas procurando siempre ser respetuosos con el medio ... Ya me conformaría yo con que ustedes recogieran los cartuchos que infectan muchos de nuestros montes y campos.
Un saludo
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