viernes, 31 de enero de 2014

TALES : VUELTA A LA PENYA NEGRA (25/01/2014)

Volvemos al inagotable Espadán. En esta ocasión para realizar un bonito y sencillo recorrido con el que rodearemos la Penya Negra, al sur de la población de Tales.
Combinaremos un sendero señalizado como "Camí entre Rius", por el que circularemos la primera parte de la ruta, con el PR-CV 161 Les Moles por el que retornaremos a Tales.
Como aspectos interesantes del recorrido destacaría dos: una primera parte elevándonos junto al cauce del río Veo que nos ofrece bonitas vistas. Unas vistas rematadas, a la altura del embalse de Benitandús, con la bonita postal de la formación rocosa de los Órganos. Y una segunda parte en la que la protagonista será la preciosa senda empedrada por la que transitaremos de vuelta a Tales. Y si ésto no es suficiente, le añadimos un vadeo al cauce del Veo y una buena subida por la ladera de la Penya Negra. Y todo aderezado por la espectacular vegetación que siempre nos ofrece Espadán, en especial en el cauce del Veo y en el barranco de l'Ullastre.
Pongámonos en marcha.
Comenzábamos a caminar desde Tales por la carretera CV-205 en dirección a Sueras cuando todavía era de noche.


Temperatura anormalmente primaveral en estas fechas (conforme avanzaba la jornada acabaron por desaparecer las prendas de abrigo).
Nada más cruzar el río Veo dejamos el asfalto por una senda que sale por la izquierda. Un deteriorado panel informativo y un poste con la indicación de "Camí entre Rius" señalan el desvío.


Vamos de subida siguiendo unas marcas blancas.
El sol comienza a desperezarse y nos regala bonitos contrastes.

Vistas hacia el sur, aparece la presa y los Órganos de Benitandús

Vista hacia el este con el Montí a la izquierda
Sin nada más destacable, el camino desciende hasta la carretera CV-223 que une Tales con Alcudia de Veo. La cruzamos y continuamos por ella hacia la derecha.


Hay que estar atentos porque, tras recorrer 400 metros, unas señales en el quitamiedos nos indican que hay que dejar la carretera y bajar hacia el cauce del río.


Un denso cañaveral y una enmarañada vegetación de ribera lo tapizan. Llegamos a una antigua acequia que tiene su origen en la presa de Benitandús y que, dada la hora, nos sirve de merendero.



Es el momento del imperdonable almuerzo senderista.
Con la panza llena retomamos el camino cruzando el exiguo cauce del río para seguir por la ladera opuesta.


Allí nos espera una frondosa vegetación por la que se abre paso, a duras penas, la senda.


Atravesamos un selvático túnel y comenzamos una buena subida para rebajar el almuerzo.





Espectacular cumulonimbo sobre Espadán
Aparecen las primeras sureras destacando en el vergel.
A media subida ya podemos ver el embalse de Benitandús custodiado en las alturas por ese tetris de rodeno conocido como los Órganos de Benitandús. Toca recuperar el aliento y echar unas cuantas fotos.







La subida no acaba ahí y ahora nos internamos en una bonita pinada donde se escalonan unos abancalamientos de piedra.


Abocamos a una pista, la vereda de Benitandús, junto a unas ruinas para tomarla por la derecha. Pasaremos un poco más adelante junto a un bonito palomar.


Seguimos por la izquierda como nos marca la señal en un poste indicativo de la ruta "Camí de la Penya Negra", Senderos de Tales  .


Es la parte más alta del recorrido. Dejamos atrás un aljibe junto a la pista que comienza un suave descenso.


Llegamos a un collado junto a unos bancales desde donde tenemos estupendas vistas del Montí y Onda, y de ahí, toda la Plana hasta el mar.


Un poco más adelante tenemos más vistas, ahora hacia Espadán y el valle con la aldea de Veo.


Habrá que estar atentos para salirnos de la pista a la altura de las ruinas de un corral (Corrals de la Basseta) para girar a la izquierda y continuar por el PR-CV 161, hay marcas.


Ahora el camino se convierte en una preciosa senda empedrada.



Un disfrute circular por ella.
Desechamos un desvío por la derecha para continuar de frente. Vemos la pintada de "Artana" en una roca. Por ahí hay que seguir.



Este tramo, vuelvo a repetir, es una gozada. Llevamos el Barranc de l'Ullastre a nuestra izquierda. La senda se transforma en pista junto a unos terrenos cultivados.


Un cartel anunciador de "cacería de jabalí" hizo que agudizáramos los sentidos por si las moscas.


Lo cierto es que no oímos ni un tiro. Pero tal como pretenden regular esta actividad tenemos (ya lo teníamos ... pero ahora más) las de perder.
Seguimos por ella un buen tramo hasta localizar un poste, pasada una caseta pintada de rosa, donde nos desviaremos por la izquierda.


En un  periquete estamos en el cementerio, quiero decir junto al cementerio, de Tales.


Un breve callejeo por sus bonitas calles y foto de grupo en la plaza de la Iglesia con preparativo de hoguera incluida.




(by J.Manuel)
Y como había tiempo hicimos un extra para ir a orar a nuestro Santo favorito ... San Miguel, el de la rubia cerveza.
 Fin de la cita ...


martes, 21 de enero de 2014

JAVALAMBRE DESDE LA ERMITA DE SAN ROQUE - CAMARENA DE LA SIERRA (18/01/2014)

A pesar de los malos pronósticos de la meteo para este sábado y para esta zona, allá que fuimos.
¿Quién dijo miedo?.
Las predicciones daban lluvia, frío y nieve. Y doy fe que acertaron de pleno.
La lluvia nos acompañó desde Valencia, no fuerte aunque sí incesante.
La nieve hizo su primera aparición en la carretera de acceso a Camarena de la Sierra, la TE-620, justo antes del Puerto de la Cruz (1507 m.), allí donde se toma el desvío hacia la estación de esquí. Era nieve recién caída pero Manolo puso las cadenas en su coche como precaución. Yo estuve a punto de hacer lo propio. Lo cierto es que, en la bajada hacia el pueblo, la nieve desapareció.
Dejamos atrás Camarena para acercarnos a la ermita de San Roque, junto a las instalaciones del balneario.


Un buen emplazamiento para empezar la ruta. Allí, en el porche de la ermita, nos terminamos de equipar para lo que nos esperaba. Chaquetas, chubasqueros, gorros, guantes, polainas etc... Hoy nada sobraba.


Con las primeras luces del día ya adivinábamos que vistas, lo que se dice vistas, brillarían por su ausencia. El cielo plomizo y la niebla se apoderaban de la sierra de Javalambre.
Comenzamos a andar por la pista (aquí coinciden el GR-8 y el GR-10) hacia el balneario. Lo dejamos atrás, así como el desvío hacia la fuente de la Blanquilla.


Llegaremos a otro cruce señalizado que ahora sí que tomamos. Dejamos el GR-8, que sigue hacia Riodeva y Villel, y nos quedamos con el GR-10 que va hacia Arcos de las Salinas. En el mismo poste indicador ya aparece nuestro primer destino, el Refugio de Rabadá y Navarro.


Hasta llegar al mismo sólo hay que seguir las marcas del GR por un bonito sendero que sube por la ladera de la sierra.
La lluvia no para y a la fiesta se apunta el viento. Empezamos bien. La "Sección Femenina" del grupo decide, con buen criterio, batirse en retirada. En el pueblo les aguarda el calor de la lumbre en casa de sus amigos del Hotel-Restaurante Esmeralda. Más de uno estuvo pensándose seguir sus pasos, pero, en este caso tiraban más ... dos carretas, o seasé ... la montaña.
Un primer tramo de ascenso junto al barranco de la Blanquilla nos deja en el Refugio. Una moderna instalación de la Federación Aragonesa de Montaña, que se ha ido ampliando en varias fases hasta su bonita estampa actual.


Allí, y a cubierto de la incesante lluvia bajo su porche, no dudamos en dar cuenta del almuerzo. Mejor lugar no íbamos a encontrar en toda la ruta.
Tras cargar las pilas y entrar en calor (nada mejor que el cafetito de Rafa, bautizado, por supuesto) proseguimos el ascenso.
Y hete aquí que, en esas, la lluvia da paso a la nieve. El espectacular sendero se adentra en la pinada y comienza a teñirse de blanco. A cubierto del bosque, de momento, la nieve es un verdadero placer para la vista. El decorado es de ensueño.





Conforme aumenta la altitud, la nevada se va haciendo más copiosa. El manto blanco se espesa por momentos.


Disminuye la visibilidad. Toca fiarse del GPS. El ascenso difiere con el recorrido del GR-10 y hacemos caso de las estacas pintadas de verde que sirven de guía para la famosa carrera Perimetral de Javalambre (la edición de este año será en Marzo).




Pues, como si de un juego se tratara, allí íbamos tratando de buscar los palitos. Pero lo bueno se acaba.
A partir de la cota 1.800m. salimos de la protección del bosque. Pasamos a la fase de ventisca. Los copos de nieve dejan de ser una "caricia" para la piel y los ojos y se convierten en proyectiles. Empieza a ser problemático encontrar las estacas que nos conducen a la cima del Javalambre.


La pendiente se ha suavizado allá arriba mientras salvamos el barranco de la Tejeda. A la derecha, las paredes de la cabecera de otro barranco , el de la Bellena (no os perdáis el Blog de Dani - Per Dalt y Per Baix).
Con un poco de intuición y con muy poca visibilidad damos un último arreón y alcanzamos nuestro objetivo. Llegamos a la cima de Javalambre (2.020m.).




Vértice geodésico, hornacina con crucifijo, caseta con antenas ... y un frío de cojones, con perdón.



Imposible permanecer ni un minuto. Mucho menos preparar la foto de grupo.



Visibilidad nula, ventisca. Mis manos a un paso de la congelación. De modo que no tardamos mucho en abandonar tan inhóspito lugar y tirar para abajo. Eso sí, con la alegría de haber hollado la segunda cumbre más alta de Teruel.
Para bajar seguimos hasta la antecima con las antenas (El Cerro de Javalambre) y continuamos por el nevado camino que hasta ella llega.




Son los dominios esquiables de la estación. Atravesamos dos pistas con cuidadín para no ser arroyados por los esquiadores. Y así llegamos al centro de la Estación, bastante animada con la que estaba cayendo.
Una vez allí, desde el aparcamiento, giramos a la izquierda para buscar la balsa con la que se surten la instalación y sus cañones. Desde allí iniciaremos un vertiginoso descenso por un amplio cortafuegos que más bien parecía otra pista esquiable.





Antes una breve parada, ahora sí, para las fotos de grupo, con un bonito decorado alpino de fondo.


Llegamos a la carretera de acceso a la estación.







La cruzamos para seguir bajando por la senda del GR-10 que nos conducirá de nuevo hasta el refugio.


El paisaje parece distinto al de hace unas horas. Todo ha quedado cubierto por un espectacular manto blanco.











Así lucía el cartel a la ida ...

... y así algunas horas después. tras la nevada.


Volvemos a terreno conocido y no tardamos mucho en estar de vuelta en la ermita de San Roque.
Aparece un tímido sol que atempera el cuerpo. Pero para atemperarlo un poco más nada mejor que una cervecita, una sopita caliente y unas chuletitas en Casa Esmeralda donde nos esperaban, felices y contentas, las desertoras del grupo.


Dicho con mucho cariño, claro. Lo bien que se lo pasaron ...


Pero nosotros, a pesar de los adversos elementos, también, Y MUCHO!!!.
Adéu.

Nota: para este reportaje me he abastecido de todas las fuentes fotográficas hábiles del grupo. Es decir, además de las mías (más escasas que de costumbre) cuento con las de Manolo M. y las de J.Manuel, cuyas manos soportaron mejor el frío que las mías.

Y un cariñoso saludo para todos ausentes del grupo en esta ocasión, en especial para el "lesionado" Fernando ... : " Tito Fer, ya está bien de tanta recuperación, no te vayas a pasar de rosca y vuelvas hecho un mulo ..." y la "lesionada" MªÁngeles : " Ánimo que ya te queda menos para volver a cantar en el karaoke " .
Un abrazo familia.