Un poco de historia :
Su nombre viene del hebreo, Zion o Sion que significa santuario, ya que sus primeros pobladores blancos, allá por 1850, fueron mormones de Salt Lake City. Antes de la llegada de estos colonizadores, los exploradores que osaron adentrarse en esta tierra no llegaron a establecerse por la pobreza del suelo y la dificultad para diseñar rutas comerciales. Sus primeros moradores eran indios paiutes.
Lo más destacable de la geografía del parque es el cañón de 24 kms que ha labrado el río Virgin (su brazo Norte) y las montañas que lo custodian. Justo en la entrada Sur del parque está el pueblo de Springdale, única posibilidad de alojamiento en la zona si exceptuamos un lodge que hay dentro.
Al igual que en Grand Canyon, el acceso en coche al parque está prohibido por lo que hay que hacer uso de los autobuses gratuitos que recorren el cañón del Virgin.
Llegamos casi de noche desde Page (dos horas y media hasta Springdale) y accedimos al Parque por su entrada Este a través de la espectacular carretera Zion-Mount Carmel Highway.
Entramos en Utah |
El paisaje comienza a cambiar conforme dejamos atrás el árido desierto |
Anécdotas aparte, llegamos al último tramo de la ruta con las penúltimas luces del día (una pena por la pérdida de tiempo y dinero en Kanab) y accedemos al Parque de Zion donde el paisaje cambia radicalmente.
Las montañas combinan el rojizo de la arenisca con el blanco de los yesos y la caliza. Esos serán los tonos predominantes en la geomorfología de Zion.
Antes de bajar al valle, la carretera atraviesa un histórico túnel de 1.8 kms con seis grandes ventanales en la roca con increíbles vistas.
A la salida del túnel, la carretera comienza un frenético y zigzagueante descenso hacia el fondo de un valle dominado por esas moles que son el santo y seña de Zion.
Una de las estrellas del Parque, The East Temple (2.350 m.) |
The Great Arch |
El río Virgin agua abajo con otra estrella del valle, el pico The Watchman (1.984 m.) |
De izquierda a derecha, Mountain of the Sun, The Twin Brothers, Mount Spry al centro y The East Temple |
De las muchas y variadas rutas que hay en el Parque elegimos quizás la más emblemática y famosa, Angels Landing (algo así como la "pista de aterrizaje de los ángeles"). Se trata de una ruta de ida y vuelta por un camino muy bien marcado y que se culmina en la cima de Angels Landing (1.763 m.) antes conocida como el Templo de Eolo, un fantástico mirador sobre el valle del Virgin.
Antes de explicaros esa rutita deciros que, además de ser la más famosa de Zion, es también la más temida por la información que teníamos o eso es al menos lo que pensábamos. Lo cierto es que no es para tanto como podréis comprobar.
La ruta completa serán unos 10 kms en los que ascenderemos 460 m.
Para realizarla mejor será pegarse un buen madrugón para no pasar calor y evitar en la medida de lo posible la aglomeración de gente. Otra ventaja de hacerlo bien temprano es que podemos aparcar en el aparcamiento de la entrada del Parque, porque si lo intentamos más tarde posiblemente esté lleno y haya que andar un poco más. Del parking, cuando es todavía de noche, tomamos el autobús gratuito hasta la parada de The Grotto, a orillas del río Virgin.
Cruzamos el río por el puente y vemos el inicio de la ruta con un cartel de advertencia que asusta un poco, nueve muertos desde 2004.
Un camino de tierra y más adelante cementado nos acerca a la base de la montaña.
Judit y Jordi bien abrigaditos con la quilla de Angels Landing detrás. |
Red Arch Mountain, detrás |
De momento un cómodo paseo, pero hay que llegar a aquella puntita |
El amplio camino cementado se dirige hacia esas paredes ...
... y ya tenemos las primeras vistas sobre el valle.
Parecía imposible pero el camino, cortado a cizalla, se abre paso y comienza a ascender por la pared.
The Great White Throne, el gran Trono Blanco, una de las estrellas de Zion |
Aquí podéis apreciar las lazadas del camino en su primera parte |
Esta primera parte se acaba en este puente ...
... que cruzaremos para adentrarnos en un angosto pasillo por la derecha de un barranco, este punto se llama Refrigerator Canyon por lo fresco que está y que los senderistas agradecen en época de estío.
El profundo Refrigerator Canyon |
Cathedral Mountain a la otra parte del barranco |
Fotetas al canto |
Desde un poco más arriba |
Scout Lookout |
Otra advertencia |
El espinazo del dragón nos espera |
La parte central de la costilla es la más expuesta con una caída de 800 metros hacia el valle.
Caída hacia Refrigerator Canyon |
Mirad que cantidad de gente sube, a la bajada todavía habrá más |
... con estas maravillosas vistas del valle del Virgin.
Vistas al Sur |
Vistas al Norte |
Un regalo para la vista. Antes de que llegara la marabunta buscamos una roca al solete para picotear un poco ...
... con algunos invitados que no se cortan un pelo en pillar lo que pueden. Más de uno puede recibir un mordisco o llevarse a una de estas pequeñas ardillas de polizón en la mochila.
Tamias minimus (La ardilla más pequeña del género) |
Spermophilus variegatus (Ardillón de roca) |
Angels Landing (1.763 m.) |
Un buen rato al sol antes de iniciar el regreso.
La carretera de Zion Canyon en el fondo del valle (¿veis el bus?) |
El descenso es lo más peliagudo, y no por el vértigo ...
... si no por el colapso que se forma con el cruce de gente subiendo y bajando. Aquí la gente se puede poner muy nerviosa y armar un numerito, de modo que calma y a espera el turno.
Llegamos de nuevo a Scout Lookout y alucinamos con el rosario de gente que subía.
La maravillosa Walter's Wiggles |
Espectacular vista atrás en el descenso |
De allá venimos |
Un último posado desde el río con Angels Landing |
Mount Zion and Jacob Peak |
Y damos por finalizada la ruta antes de tomar el bus de vuelta a Springdale. Y alguna conclusión personal antes de finalizar :
- Angels Landing, y esto es información, está entre las diez mejores rutas de senderismo en EEUU.
- Le sobran muchos kilos de acero.
- Está bien que adviertan del peligro pero desde mi punto de vista no es para tanto si estás medianamente experimentado en montaña.
- El peligro real que aprecié viene dado por la masificación, y ésta se debe al equipamiento de cadenas. Otro gallo cantaría sin muchos tramos de ella.
- Con todo y con esto, fue una experiencia maravillosa.
En el camino de vuelta nos pudimos recrear con algunos bellos rincones del Parque Nacional y sus montañas, la mayoría de ellas con nombres bíblicos como no podía ser de otra forma en honor a sus pioneros mormones.
Court of the Patriarchs |
Altar of Sacrifice |
Por la tarde tocaba volver a Las Vegas para pasar un par de días, los últimos de nuestro viaje a EEUU.
De la Ciudad del Pecado os hablaré en la última entrega de "Postales desde EEUU".
To be continued ...
4 comentarios :
HOla Paco.
Sigo tu periplo yankee con mucho interés. Desconocía por completo este parque. Cuando has hablado de cañones, me ha venido a la cabeza el gran cañón y pensado en ese paisaje, pero es distinto y el toque forestal le da otro color, bueno y esas montañas tan estéticas con esos pasos.
Como comentababamos el otro dia, los turistas (montañeros, eh!) tenemos tan poco tiempo que tenemos que hacer las rutas más famosas, sin tiempo para profundizar porque de haber estado allí unos cuantos días más, seguro que habría sendas de delirio, de esas que se conocen los autóctonos.
Vaya vaya con los mormones y sus nombrecitos. De los indios originarios me imagino que queda poco o nada....y luego resulta que los sanguinarios y exterminadores eran solo los españoles.
Menos mal que madrugasteis porque vaya horror toda la gente que subía cuando vosotros volvíais.
Un abrazo.
Hola Paco.
Esto que te voy a contar te lo quería comentar en la entrada de NYC, pero te lo comento ahora. Resulta que en mis años de sedentarismo me convertí en un apasionado de la cultura yankee, vestía como los americanos, seguía fútbol americano, beisbol, Nascar, NBA (esta continúo siguiéndola) etc, consumía mucha música y tele venida de allí, incluso consumía, quien lo diría ahora, vegetariano que soy, comida basura yankee, y soñaba con visitar algunas de sus gigantescas ciudades y vivir en primera persona esa cultura, hasta que al final cumplí el sueño y puede viajar a los States y visitar entre otras cosas Indinapolis y Chicago, una bonita experiencia sin duda.
Pero de un tiempo a esta parte mi percepción hacia todo aquello fue cambiando, incluso me fui volviendo contrario a todo tipo de imperialismo yankee, y tengo claro que de volver a este país solo lo haría para visitar sus numerosos y grandiosos monumentos naturales, que en aquellos años del orondo Dani, me habían permanecido ajenos.
Soltado este rollazo decirte que desconocía por completo la existencia de este parque nacional de Zion, que así a bote pronto me ha recordado a nuestra Ordesa pero de arenisca, y me ha parecido una pasada, es normal que lo considerases la estrella del viaje, pues cada estampa del recorrido es maravillosa, aderezada toda esa majestuosidad con ese toque de picantillo en la parte final del ascenso al Angels Landing (precioso nombre). Si yo he disfrutado como un crío leyendo esta crónica no quiero imaginarme como lo haríais vosotros mientras hacíais la ruta. Enhorabuena!!.
¿No decían que lo que pasa en las Vegas se queda en las Vegas? jejeje.
Un abrazo.
Tienes toda la razón Toni, con una semana nada más de estancia allí, te aseguro que hubiésemos hecho un montón de rutas para descubrir a fondo Zion, que por cierto, antes de los mormones tenía el bonito nombre paiute de Mukuntuweap. Como bien dices paisajísticamente hablando nada que ver con Grand Canyon. Lo de la masificación debe de ser más habitual de lo que pensamos en los Parques Nacionales de EEUU sobre todo en esas fechas.
Y poco queda más de nuestro viaje ...
Un abrazote.
Ostras Dani, desconocía esa época de tu vida y me has dejado muy sorprendido. ¡Cómo cambiamos con el tiempo!. Saliste a tiempo de ese modus vivendi de lo cual nos alegramos.
Yo también era reacio a viajar a EEUU pero era una especie de "promesa" que había que cumplir porque el motivo lo merecía. Añadirle algo de naturaleza y montaña al tópico-típico turistiqueo fue lo que redondeó el viaje y le puso la guinda perfecta. Y como bien dices, si tuviese que volver iría sólo a degustar los Parques Nacionales porque es como realmente disfruto y así lo viví.
Un abrazote.
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