Empiezo por ésta porque la tengo más fresca y por el buen sabor de boca que me dejó.
Con mi tropa en estampida puentera por diversos lares de la península, heme aquí de guardia en la city. Menos mal que siempre me queda mi querida Sole que acude solícita a mi encuentro cada vez que se lo pido. Y con ella me fui en busca del otoño y sus colores.
Tenía guardada en la recámara la ruta del río Magro por los parajes de Hortunas, pedanía de Requena, que los amigos de Trotasendes Benicalap tan bien como siempre nos contaron en su blog. Me encantó ese recorrido y la sugerencia de hacerlo en otoño. Todo un acierto.
El río Magro es para mí sinónimo de buenos recuerdos de juventud. Como utielano que soy, este río fue el escenario de muchas jornadas memorables. Estoy hablando de hace un buen puñado de años cuando el Magro, aguas arriba de Utiel, todavía se mantenía limpio. Allí acudíamos a bañarnos en sus presas y a pescar cangrejos (sí, cangrejos autóctonos que haberlos había) y a pasear por sus huertos, pedazos les llamaban en mi pueblo.
El río se fue degradando poco a poco por la incipiente actividad industrial de la comarca llegando a convertirse en uno de los ríos más contaminados de Europa.
A comienzos de este siglo las Administraciones, Estatal y Autonómica, se pusieron manos a la obra y, junto a la Confederación Hidrográfica del Júcar, elaboraron un Plan de Regeneración Medioambiental del cauce del Río Magro desde Caudete de la Fuentes al Embalse de Forata. Ya estaban en funcionamiento las depuradoras de las localidades implicadas pero el daño en el cauce era tal que hubo que actuar de urgencia con ese Plan de Regeneración para sacar el río de la UCI.
Por lo visto hoy, parece que las medidas van dando sus frutos.
Y a Hortunas me fui para reencontrarme con el río.
A primeras horas de la mañana el pueblo parecía desierto.
Desde la Plaza de la Libertad (precioso nombre) nos alejamos del pueblo por la calle del Recreo pasando junto a su campito de fútbol para ir en busca del río Magro que cruzamos por un puentecito de madera.
Salvamos unos bancales para seguir por un amplio camino que discurre entre el monte y la vega con sus viñas.
Nos alejamos de Hortunas |
Este camino nos llevará de nuevo junto al río, aunque estaremos atentos para dejarlo por un incipiente sendero que sale por la izquierda para bajar al cauce (en este desvío veremos unas marcas blanquiamarillas de un PR descatalogado, serán las únicas que veamos en toda la ruta).
Una vez en el cauce llevaremos el río por nuestra izquierda.
Ahora toca disfrutar de la vegetación de ribera, exuberante ella. Los colores del incipiente otoño empiezan a teñir la arboleda.
Cañizo (Phragmites australis) |
Avanzamos siguiendo los rastros de senda pasando junto a unas cavidades en la ladera producto de la erosión del río.
Un poco más adelante se abre por la derecha un pequeño barranco, el de los Chorrillos, totalmente invadido por la vegetación.
Hoja de nogal |
Hoja de abedul |
Junto a esa ladera encontramos la fuente del Pino de la que mana un hilillo de agua.
Allí escuché unos golpes secos que me hicieron levantar la cabeza y descubrir, sobre las rocas de arriba, a dos machos cabríos en pleno duelo. Un espectáculo de los que no se olvidan. Lástima que el objetivo de mi cámara no llegara a alcanzarlos como hubiera deseado.
Si la vegetación estaba siendo la protagonista de la ruta, a partir de ahora también lo sería la fauna del lugar. A las cabras montesas, presentes en más lugares en adelante, se añadirían águilas, garzas reales, alguna anátida y toda clase de pájaros. Toda esta biodiversidad es un indicador de la buena calidad medioambiental.
Serpenteando junto al río, la senda llega a un camino con una valla, ...
... la sorteamos y llegamos a la casa Molino de Marina o del Templado, una gran casona muy bien conservada situada en un sitio idílico de la que me quedé prendado.
Seguimos por el camino de acceso a la casa y nos encontramos más adelante unos robles de buen porte.
Cruzaremos el río por un puente cementado para llevarlo, de ahora en adelante, por la derecha.
Un gran nogal |
El Cerro del Castillejo, por arriba volveremos |
La senda discurre bajo las paredes de roca en otro tramo bien chulo.
Un desprendimiento obstaculiza la senda pero se salva sin problemas.
Ahora el espectáculo visual lo tenemos a la derecha sobre el Cinto de los Vencejos y el Pico de la Vieja.
Otro grupo de cabras trepa por esos cintos como Pedro por su casa.
Y llegamos a una pequeña presa.
El punto clave en la ruta. Pero primero me busco la sombra de un gran chopo para pegar un bocado. Otro grupo de cabras corretean por la afilada arista que cierra el paso en la presa.
Bonita película mientras almuerzo.
Como os comentaba, al llegar a la presa hay dos opciones ya que desde ella el camino ya es intransitable por el agua y la espesa vegetación que cierra el paso. Aquí, bien te das media vuelta y vuelves por el mismo camino o trepas por la escarpada ladera de la izquierda de la presa (por donde saltaban las cabras a las que iré en su busca en un momentín) para elevarte sobre la Umbría del Buitre. Como reza el dicho : " Donde fueres haz lo que vieres". Y a hacer el cabra me fui ...
Ojito porque no resulta fácil para gente con miedo a las alturas. Hay que superar este escollo que, en poco más de 600 metros salva una pendiente que ronda una media del 25% . Conviene ceñirse a la arista por la izquierda aunque tampoco se sube mal más al centro.
Curioso este tajo en la montaña |
Pasamos bajo la nariz rocosa de la Umbría del Buitre con sus cabras y la pendiente se suaviza.
A la derecha, con el barranco del Trillero a nuestros pies, tenemos buenas vistas de la Plana de Utiel-Requena.
Algunas fitas dispersas nos ayudan al final de este tramos entre la pinada y monte bajo.
Salvado este obstáculo enlazaremos con la amplia pista de la Serratilla que tomamos por la izquierda.
A partir de ahora me resulta difícil explicaros el retorno a Hortunas incluso echando mano del mapa.
Si optáis por cerrar el círculo por aquí mejor echar mano del GPS.
Más vistas sobre la Plana de Utiel-Requena y la aldea de la Portera |
Pasamos junto a esta balsica (navajo) seca |
Lo mejor de este tramo es este mirador desde el Montenegro sobre el cauce del Magro, por donde circulábamos hace un rato |
Por esta senda bajamos para cruzar ... |
... el Barranco abancalado de Montenegro |
Añadir leyenda |
Siguiendo las indicaciones del GPS (Gracias de nuevo a Trotasendes) recorremos en gran parte el camino Viejo de Hortunas a Requena atajándolo de vez en cuando.
Es lo menos atractivo de la ruta de hoy pero es lo que te la redondea para volver a Hortunas.
De vuelta tras poco más de cinco horas y dieciocho kilómetros, una cervecita en el bar de la Plaza y regreso a casa.
En resumen, una ruta "trifásica" con una primera parte espectacular junto al río Magro, una segunda aventurera y con su puntito de pimienta con la subida a la Umbría del Buitre, y una tercera monótona por pistas. Muy recomendable para estas fechas.
Adéu.
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