Hoy estrenaremos el mes con otra etapa inolvidable por el Maestrazgo turolense. Digo bien lo de inolvidable. Motivos haylos para tal afirmación.
Si me acompañáis los iremos desentrañando paso a paso.
Etapa circular con principio y final en la preciosa Cantavieja, capital administrativa del Maestrazgo.
Madrugón al canto. Por delante unos poquitos de kilómetros, casi 34 y con 1.350 m. de subiditas, que se dice pronto. Predicción de la meteo como para quedarse en la cama calentito (hoy sí que acertaron de pleno). Grupo menguado para el evento. Entre bajas médico-deportivas y otras justificadas (¿pero qué nos está pasando este año!!!?) seis valientes dispuestos a meterse entre pecho y espalda este paseo. Pero también hay una parte buena, para hoy contábamos con el apoyo de un coche de avituallamiento que nos aligeró las mochilas y nos esperó en puntos estratégicos del recorrido. Un gesto de Paco Maldonado que es muy de agradecer y así lo hago ... y más con la que se nos venía encima.
Otro punto positivo para MªÁngeles que reaparecía en las largas distancias tras su convalecencia y que va cogiendo el punto poco a poco.
Salimos de Cantavieja un poco más tarde de lo previsto ya que optamos por retrasar la llegada al pueblo tras conectar con nuestros "enviados especiales" en la zona (Paco y Nuria llegaron la noche anterior) quienes nos recomendaron llegar una hora más tarde ante las previsibles malas condiciones (nieve y hielo) de las carreteras turolenses. Ellos ya las sufrieron a su llegada. Buena decisión, aunque al final no hubo complicaciones. Y también nos permitimos el lujazo de desayunar un calentito café con una estupenda coca de carabassa, gentileza de la pareja.
Este hecho ya nos anticipaba una carrera contra el reloj o, mejor sería decir, contra la oscuridad. Con esa kilometrada podía darse el caso de acabar de noche y echar mano de los frontales (no sería la primera vez).
El recorrido de la etapa es, casi en su totalidad, sobre un tramo del GR-8 (GR que va desde los Puertos de Beceite a Villel). Está muy bien señalizado y discurre durante bastantes kilómetros sobre pistas forestales. Pero también hay tramos de senda realmente para enmarcar. Y como nosotros (y muchos de vosotros que me leéis) no somos muy amigos de las pistas, ya nos encargamos de evitar algún monótono tramo pistero por el agradable campo a través. Agradable aquí, con bosques de pinos y barrancos bien despejados.
El frío ya se nos pegó al cuerpo desde el inicio. Y eso que un tímido sol parecía asomarse entre ese cielo plomizo que anticipaba lo que vendría después. Un manto blanco cubría el paisaje. El espectáculo de la nieve estaba asegurado.
De momento no ofrecía dificultad mientras nos alejábamos de Cantavieja por la helada carretera de Mosqueruela camino de la Tarayuela, primera tachuela del día.
La carretera la abandonamos junto a la Masía de la Paloma.
Allí la cosa empieza a picar para arriba. El manto de nieve se espesa un poco y nos calzamos las polainas.
(by Nuria) |
Pasamos junto a un abrevadero con la vista puesta en la Cruz de la Tarayuela.
Vistas sobre Cantavieja |
Unos buitres rondan nuestras cabezas, pero hoy no entraremos en su dieta.
Llegamos a un pequeño collado entre la Cruz y el vértice geodésico que es hacia donde vamos. Culminamos sus 1.738m. que serán el techo de la jornada. Bonitas vistas, fotos de rigor y frío.
Mi selfie en la Tarayuela |
Bajando del Tarayuela (by J.Manuel) |
Primer atajo del día. ¿Por qué seguir por una aburrida pista forestal cuando a tu derecha tienes una maravillosa pinada que se escurre hasta el barranco de las Fontanas?. Pues para abajo que fuimos. Uno de los momentos del día. Sin saber lo que nos encontraríamos en la bajada, la ladera invitaba a descenderla.
Nieve virgen tapizaba el suelo del bosque. Un placer pisarla. Una vez en el lecho del barranco comprobamos que era perfectamente transitable.
Llegábamos de nuevo a la carretera de Mosqueruela donde ya teníamos el primer control de avituallamiento.
Paco nos esperaba con el almuerzo y café calentito que se agradeció.
De vuelta a la pista, camino de Fortanete, pasamos junto a un peirón o lo que queda de él (http://www.patrimonioculturaldearagon.es/cruces-de-termino-y-peirones-en-aragon) a la altura del collado de la Cruz Gorda.
Allí optamos por dejar la pista por la derecha y adentrarnos de nuevo en el bosque...
... para seguir por una senda (en estas condiciones y con todo nevado suponíamos que era una senda) que nos pasó junto a la Masía de la Blasa y sus campos de cultivo.
Otra remontada y volvíamos de nuevo a la pista, o sea al genuino GR-8. Si consideramos un atajo como un ahorro de tiempo o distancia, éste no fue el caso ... pero valió la pena.
Allá abajo ya se adivinaba Fortanete a la vez que el aguanieve se intensificaba. Y a lo lejos, el panorama no era nada halagüeño. El cielo estaba más oscuro si cabe.
Un tramo de bajada y llegábamos a la barroca ermita de la Virgen de Loreto, en la entrada de la población.
En principio, el plan era comer en el pueblo y allí nos esperaba el avituallamiento pero optamos por continuar la marcha y dejarlo para más adelante. Apenas si disfrutamos de este bonito pueblo que volveremos a visitar para la siguiente etapa.
Ya teníamos media etapa en el bolsillo.
Ahora nos esperaba otro bonita subida por las Fontanicas, en la sierra de la Cañada.
Llegamos a las Dehesas, un precioso valle entre dos sierras recorrido por el arroyo de la Tejeda. Atravesamos una finca ganadera, el Mas de Cristóbal de las Dehesas.
El paso del ganado convirtió el camino en un barrizal.
Más adelante, dejamos a la izquierda la Masía del Gollizno.
Por delante otra exigente subida hasta el Puerto de Cuarto Pelado. El aguanieve se transforma en una nevada en toda regla.
(by J.Manuel) |
Ahora sí tocaba reponer fuerzas, aunque a mí no me entraba ni un bocado. Un poco a cubierto de la ventisca bajo los pinos dimos cuenta de la comida antes de afrontar el último tercio de la etapa.
(by Nuria) |
Un tramo de tres kilómetros de carretera que se hizo interminable hasta el Mas del Hostalejo. Allí nos desviamos por el azagador del Collado de la Piqueta que nos bajará hasta el cauce del río Cantavieja y sus molinos. Pasamos antes bajo el Mas de Morrón en lo alto de un peñasco.
La senda está muy embarrada y toca descender con tiento. Ahora la nieve es lluvia aunque a estas alturas ya estamos calados hasta los huesos.
La luz comienza a escasear cuando ya divisamos, en la otra parte del profundo barranco que surca el río, Cantavieja.
Un último repecho y llegamos a la población. Por los pelos no ha sido necesario encender los frontales.
Una amiga de Manolo M. nos ofrece su casa para poder secarnos y cambiarnos de ropa. Se lo agradecimos infinitamente. De ahí al bar para entrar en calor con merienda incluida y una atípica foto de grupo.
(by J.Manuel) |
Una etapa preciosa y a la vez dantesca por las condiciones. Si tuviera que volver a hacerla no me lo pensaría ..., ¡¡¡ pero sin agua (líquida, semisólida o sólida) please !!!.
Otra muesca más en la culata del GR-M.
El mes que viene, otra.
Adéu.
Y un saludo a los ausentes esperando su pronta recuperación.
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