jueves, 7 de junio de 2012

LA ESTRELLA (MOSQUERUELA), UNA ALDEA PARADA EN EL TIEMPO (02/06/2012)

No hay nada mejor para conocer un lugar, un paraje o un pueblo que ir de la mano de gente de la tierra.
Por eso acudí a la cita del amigo Manolo Moliner. Y allí, en su pueblo, la bonita villa de Vilafranca del Cid, estábamos citados para nuestro paseo sabatino.
La propuesta tenía como aliciente principal la visita a la aldea de la Estrella (o barrio de la Estrella), perteneciente a la población turolense de Mosqueruela. El Maestrazgo se nos presenta por estos lares con toda su salvaje belleza, ajeno a fronteras políticas, surcado por el cauce seco del río Monlleó y sus barrancos subsidiarios.
¿Nos ponemos a caminar?...
Pues allá vamos.
En Vilafranca nos esperaban tempranito el bueno de Manolo y sus amigos Paco y Joan Barreda, al que tuve el placer de conocer en una de nuestras etapas por el GR-7. Verdaderas enciclopedias vivientes y perfectos guías. Unos kilómetros de pista asfaltada (camí dels Montllats) nos alejan de Vilafranca hasta el punto de inicio de la ruta. Una pista de tierra sale por la izquierda y en ese cruce dejamos los coches y comenzamos a andar. La dejamos muy pronto por la derecha para adentrarnos en una pinada y empezamos a bajar hacia el barranc dels Frares.



Encontramos un camino de herradura que nos devolverá a la pista. La continuamos por la derecha. La pista gira en la cabecera del barranco y decidimos adentrarnos en él. Entre una monótona pista y la rambla de un barranco no hay color...

Entrada del barranc dels Frares
Descendemos unos metros (incluso se adivinaba alguna fita) hasta un punto en el que se hizo casi intransitable. De modo que tocaba salir y remontar hasta la pista, no era el momento de ponerse a investigar el barranquito que tenía una muy buena pinta.

Saliendo del barranc
De nuevo en la pista, zona conocida como el Salt del Cavall, y a transitar por ella.

El Salt del Cavall
Bonitas las vistas de las montañas que cierran este paso. Una torrentera con su color arcilloso y algún desprendimiento se escurre hacia el fondo del barranco.


La pista se vuelve asfalto y en cada curva se descubren nuevas vistas, como la del cauce seco del Monlleó y sus meandros. Alguna masía o corral abandonado y laderas en terraza. Justo en la confluencia del barranc dels Frares con el Monlleó vemos el Molí dels Ullals, lo visitaremos a la vuelta.

El rio Monlleó sepenteando y el Molí dels Ullals
Ya aparece a lo lejos la aldea de la Estrella. En una pronunciada curva abandonamos la carreterilla para tomar la antigua senda que, en descenso, nos acercará al poblado.

La Estrella

Senda de bajada a la Estrella
Destaca la figura de su Santuario.
Lo de la Estrella bien merece un capítulo aparte. De repente es como si el tiempo se hubiera detenido. Volvemos algunas decenas de años atrás. Las casas se reparten por la ladera de la montaña. Alguna parece rehabilitada pero la mayoría permanece impasible al paso del tiempo.

Primeras casas de la Estrella
Una callejuela nos acerca a la plaza. Una inscripción en la pared de la iglesia nos recuerda la tragedia acaecida en el pueblo allá por 1883 cuando una riada arrasó lo que encontró a su paso y dejó 26 muertos.


Bonita plaza, si señor. Presidida por el Santuario y la hospedería. Una gran morera en el centro. Nos reciben los únicos moradores de la Estrella, Sinforosa y Martín (bueno, también aparecen otros moradores gatunos). Aquí nacieron y aquí quieren seguir. Ajenos a la crisis (eso espero), a la prima de riesgo, y su santa madre. Este es el futuro, señores,...la vuelta al pasado, tirarse al monte, trabajar el campo, y vivir, señores ¡vivir!.

Martín departiendo con Joan Barreda

                                         







Hasta un torero y todo tuvo la Estrella            
Amablemente nos abren la puerta del Santuario para visitarlo. La verdad es que está muy bien conservado. Allí reina la Virgen de la Estrella.


Tras visitar el templo tocaba almorzar, nosotros y los gatos.
Martín nos obsequió con una gran bandeja de cerezas del terreno que, al decir de mis compis, estaban riquísimas.

El bueno de Martín nos obsequió con este plato de cerezas
Tras los cafetitos, alguno bautizado, esta amable pareja nos abrió las puertas de la hospedería y nos la enseñó con todo lujo de detalles, incluso nos la ofreció para pernoctar en ella.
El recorrido por este enorme edificio era como el túnel del tiempo. La gran sala central con sus mesas, utilizada como escuela cuando, muchos años atrás todavía había niños en el poblado. Las habitaciones, las cocinas, el horno, los ventanales, las escaleras, todo rezumaba el rancio aroma de los años 30 o 40, vaya usted a saber.






Mientras Martín nos enseñaba la casa, Sinforosa deshojaba ramas de avellano para dar de comer a sus cabras.

Sinforosa preparando la comida de las cabras
Unas banderolas colgaban del techo en el patio de entrada, restos de la romería y posterior fiesta que se celebra el último domingo de Mayo en honor de la Virgen y que tuvo orquesta y baile.
Nos despedimos de Martín y Sinforosa para recorrer las callejuelas de la Estrella y despedirnos de ella hasta otra ocasión.

¡Hasta la próxima, Sinforosa!


Fue sin duda lo mejor de la ruta. Lo peor, el regreso.
Nos alejamos de la aldea por el seco y pedregoso cauce del rio Monlleó, que puso a prueba los tobillos.
Las sombras eran escasas y Lorenzo empezaba a picar de lo lindo.
Llegamos al Molí dels Ullals, a la sombra de una olivera nos reagrupamos.


Molí dels Ullals
Y a seguir por el lecho pedregoso otro tramo. De els "ullals" y con la seca primavera que tenemos, ni rastro. Bueno, las piedras con las algas secas a la espera de tiempos mejores.

La sequía primaveral hace estragos
Tras un gran meandro dejamos el cauce por la pista que llega al Molí. El camino nos lleva hasta la Masía de Peñablanca y vuelve a cruzar el cauce del Monlleó.

Masía de Peñablanca
Cruzando el cauce del Monlleó
En este punto se acabó lo que se daba. Lo bueno, digo. Todavía seguimos un tramo de camino en ascenso hasta que se esfuma. A partir de ese punto seguimos una sendita apenas pisada que sube y sube por el barranc de la Figuera.
Realmente una dura subida endurecida todavía más por el sofocante calor, que hizo mella en más de uno.
Una pena porque no pudimos disfrutar de este enclave, con una estupenda capa vegetal con preciosos ejemplares de carrasca y pino.
Manolo y yo tiramos para arriba a buen ritmo hasta el Cantal Foradat y su mas.

Cantal Foradat

Casa del Mas Nou
Allí el camino se suaviza y solo nos queda retomar la pista por la izquierda hasta llegar a los coches. Volvimos con uno de ellos para hacer de "coche escoba" y recoger a los rezagados, tocados por el esfuerzo.
Menos mal que Merche y Rafa tenían la neverita bien surtida y preparada para refrescarnos tras esta dura jornada. Justo cuando unos negros nubarrones aparecían por el oeste y no tardaron mucho en descargar.
Pero ya estábamos de regreso en Vilafranca, a las puertas del bar donde nos repusimos con unos estupendos bocatas.

A que no se nota el cansancio...¿eh? (by J.Manuel)
Y esto es todo amigos...
La próxima visita por estos lares, en invierno y a ser posible, con nieve...¿eh Manolo?.
Adéu.

18 comentarios :

Daniel Alcalá Almela dijo...

Que decir de a Estrella,solo que el año pasado tuve la enorme fortuna de pasar una noche allí y este lugar me fascinó,como tu bien dices es como haber viajado muchos años atrás en el tiempo...ese aura de misterio,lo que allí pasó ufff se me pone la carne de gallina.
Y de la hospitalidad de Martín y Sinforosa que decir...que se siente uno muy humilde escuchando sus historias.

Gran entrada,Paco,Un abrazo.

Jose dijo...

Hola Paco
Que bueno esas pequeñas aldeas en las que aún hay vida y la sabiduría de estas personas mayores que saben lo que no está escrito...Buena experiencia.

Y esas cerezas vaya pinta tienen!!!

Un abrazo
Jose
TROTASENDES BENICALAP

trotasendas dijo...

Da gusto salir a caminar con gente que conoce bien el terreno y comparte su sabiduría. Al igual que encontrarte con estos últimos pobladores de la estrella Sinforosa y Martín. Que llevan camino de convertirse en todas unas celebridades gracias a todas las entradas que leo sobre esta aldea. Francamente , es de envidiar la sosegada y ajena vida que llevan en su pequeño paraíso. Saludos

Merche dijo...

Magnifico relato de un dia especial.
Y unas fotos preciosas.
Quien se acuerda del calor que pasamos??
Hasta pronto.

paco domingo dijo...

Pues sí amig@s, para ser feliz no hace falta mucho.
Y eso se nota con la felicidad que irradian Martín y Sinforosa.
Un saludo a todos.

Anónimo dijo...

Me alegro que os gustara. Y como tu dices, en invierno, que alli arriba el calor también pega cuando quiere
Manolo

Acelobert dijo...

Madre mía Paco, sois incansables. Un día te leo en Alicante y al otro en tierras lejanas de Castellón y Teruel. He oido hablar muchas veces de la aldea y el santuario de la Estrella y siempre he oido hablar muy bien. La verdad es que después de leer la crónica y ver las fotos voy a intentar vencer la pereza de conducir tan lejos e ir a echar una visita. ¡Y pensar que una vez, hace unos años pasé unos días andando por allí y ví las indicaciones del Santuario y como no soy muy creyente ni me acerqué!¡Qué ignorancia la mía!

Trini Pitarch dijo...

La Estrella para mi un lugar mágico y especial, así me lo hizo sentir mi padre Jaime Pitarch,chinchirino y devoto de la virgen que año tras año me inculco el amor y la devoción por ella. Aunque hace años que no voy es de admirar la bondad y amabilidad de los hermitaños que día tras día cuidad de este precioso paraje y de mi virgen. Vale la pena visitarla, es una cura de humildad.

Filtro dijo...

Alguno sabe cuando se celebra la festividad de la Virgen de la Estrella? Mi padre le tiene mucha devoción desde hace años que estuvo alli en la aldea, saludos!!

David Hornero dijo...

Buscando sobre este rincón por el que siento un vinculo especial he encontrado vuestra pagina. La celebración por la que preguntas es el ultimo domingo de mayo. Solo una puntualización, la vida de Martín y Sinforosa puede parecernos idilica desde nuestros sillones pero si se rasca un poco encontrareis una vida llena de sufrimientos y durisima. Son personas a las que quiero como si fueran familia y por eso se lo que digo. Un saludo a todos y enhorabuena por la pagina.

Anónimo dijo...

Ayer fuimos a La Estrella y aparte de ser una jornada preciosa, hubo ciertas actitudes que hicieron sentirme parte de un mundo al que no quiero pertenecer. Internet, la globalización y sobre todo la falta de educación estropearon el magnífico día. Decidimos hacer una ruta circular desde el aeródromo del Pla. Todo perfecto, dejamos el coche y nos fuimos a la aldea a pie. Llegando, la cosa empezó a pintar mal. En la plaza de la aldea, 15 coches aparcados y 30-40 personas apostadas con sus mesitas de camping, sus neveritas, sus carísimas máquinas de fotos y sus comentarios: Uno decía: "Ya ves, dónde están los dos, me han dicho que en el bancal, trabajando, si son las 12:30, a esa hora deberían estar aquí"...a lo que otra respondía: "Pues sí, no sé qué hacen los dos allá, que venga uno y nos abra que estamos esperando ya un buen rato". Mientras tanto, otros intentaban abrir a golpes la puerta de la Iglesia. No daba crédito a estos energúmenos. Vas a una aldea donde dos personas mayores (Martín y Sinforosa) viven alejados de todo, y son tratados como muñecos de feria, para que nos abran las puertas del lugar (gratis) cuando a nosotros nos apetezca. Evidente e inteligentemente, tardaron en volver. Nosotros decidimos partir, y al rato, desde la senda de vuelta, vimos cómo regresaban con su Land Rover, pero no quisimos participar del lamentable espectáculo. Otro día, quizá, les conoceremos. Con el respeto debido.

paco domingo dijo...

Siento verdadera pena al leer tu comentario. Me entristece y me indigna a la vez la actitud de esos energúmenos. Desde el punto de vista puramente excursionista, la aldea bien merece una visita. Es un verdadero placer conocer sitios nuevos, aldeas abandonadas, mases, recorrer antiguos caminos y veredas. El hecho de conocer a sus gentes y departir con ellos es realmente enriquecedor, pero, como bien dices, desde el debido respeto ... y esta pareja se merece el mayor de todos los respetos. Sirvan estas páginas de homenaje a estas gentes que bien se lo merecen. Y como bien dice David Hornero, la vida de Martin y Sinforosa no ha sido un camino de rosas.
Detrás de este remanso de paz seguro que hay mucho trabajo y sufrimiento. A pesar de todo, y desde la distancia, a mí me parece el paraíso ... comparado con el estresante ritmo de vida al que estamos sometidos.
Lo que daría yo por volar a un sitio así ...
Un abrazo amigos y mucho respeto y larga vida a Martín y Sinforosa.

Unknown dijo...

Esos domingueros que salen a ver" que encontramos" que poco saben apreciar la gran belleza que los rodea, van a lo que van, y encima quejándose,no se han dado cuenta que estas dos personas han elegido vivir asín, sin agobios, bastante habrán pasado en sus vidas, que poca empata llegan a tener estos energúmenos, cuando se va y te encuentras sitios, pueblos asín, hay que admirarlo y retroceder con el tiempo, imaginar, soñar, preciosas las fotos y el relato, felicidades!!!

Unknown dijo...

Esos domingueros que salen a ver" que encontramos" que poco saben apreciar la gran belleza que los rodea, van a lo que van, y encima quejándose,no se han dado cuenta que estas dos personas han elegido vivir asín, sin agobios, bastante habrán pasado en sus vidas, que poca empata llegan a tener estos energúmenos, cuando se va y te encuentras sitios, pueblos asín, hay que admirarlo y retroceder con el tiempo, imaginar, soñar, preciosas las fotos y el relato, felicidades!!!

Unknown dijo...

Hoy 28 de Enero de 2017, están Martin y Sinforosa pendientes de que les llegue el quitanieves, espero que les haya Ido muy bien. Suerte y seguid disfrutando de vuestra tierra.

paco domingo dijo...

Después de las últimas y copiosas nevadas llegué a imaginarme cómo estarían por la Estrella y con tu comentario, Carlos, corroboro lo imaginado.
Si ya de por sí el invierno es duro por esos lares y si además se quedan aislados no lo habrán pasado muy bien que digamos aunque ellos seguro que ya están acostumbrados y les cogió bien preparados ... eso espero por que son una pareja adorable.
Gracias Carlos.

Antonio Cobo Del Olmo dijo...

Me encanta el Santuario de la Virgen de la Estrella

paco domingo dijo...

Hola Antonio, gracias por pasarte por este blog. Comparto ese amor por la Estrella. Espero que siga respirándose paz en ese bello lugar y que sus moradores sigan con salud. Un abrazo.