martes, 7 de julio de 2020

MONTE PICAIO WILD SIDE Y ROCA DEL COCODRILO (16/06/2020)

Tiempo atrás, en pleno auge pandémico, mi amigo José Luís (FOS FILMS) me invitó a realizar esta ruta en cuanto se nos permitiera retomar nuestra actividad favorita. Me pareció una propuesta la mar de interesante ya que podía cumplir con todos los requisitos inherentes a esa fase del desconfinamiento y además, deportivamente hablando, esa subida al Monte Picaio parecía muy aventurera y atractiva. El caso es que no pude acudir a esa cita con ellos y quedó pospuesta para mejor ocasión, y un mes después allí estábamos.
Siempre que paso por la A-7 camino del Norte, mi mirada se fija siempre en la cara oriental del Picaio donde el rodeno dibuja verticales roquedos heridos por canales aparentemente inaccesibles.
Mis anteriores visitas al Monte Picaio (desde Sant Esperit en 2017 y en un bello amanecer en 2015) siempre lo había hecho por sus rutas de acceso más populares, bien partiendo desde la urbanizada ladera Suroriental o desde el Monasterio de Sant Esperit al Norte pasando por las Peñas de Guaita. Hoy será el momento de meterle mano a esas paredes en una ruta cortita pero intensa y divertida.
Gracias de antemano a José Luís por el track, muy recomendable por cierto, que facilita mucho el camino hasta la base de la vía de ascenso junto al Barranc del Diable y la bajada hasta la curiosa y fotogénica formación de la "Roca del Cocodrilo". Gracias también a su hermano Jesús (hizo doblete en poco tiempo) por hacernos de guía y llevarnos de la mano a Fernando, Rafa y al menda lerenda.
La ruta, al ser cortita, invitaba a plantearse un buen almuerzo posterior lo que siempre le da un valor añadido a la ruta propiamente dicha y no le íbamos a poner ningún pero. Por lo tanto convenía comenzar el pateo bien tempranito para evitar los calores y acudir al bocata a buena hora.

Bonito perfil el que nos ofrece el Picaio desde el Sur. Será a ese lomo al que nos subiremos en un momentín.

Tuvo tiempos mejores
 Comenzaremos el recorrido desde el poste del GR-10 siguiendo el camino que, por la Vall de Jesús, nos conducirá hasta ...


... la Alquería del Convent ...


... con su monumental olivo.


Alquería del Convent
 Seguimos por la parte trasera de la alquería y sus campos de naranjos.


Combinamos caminos cementados con otros de tierra como éste, por la Pinada de Nabos.

Pinada de Nabos
 Siempre en dirección Norte iremos buscando los caminos que discurren entre los campos de naranjos.

Estos los estaban fumigando
 Acabaremos acercándonos hasta el camino que nos llevará ...


... al Barranc del Diable.


Se acabaron las pistas y comienza el rock and roll. Por la izquierda del Barranco nace un senderillo que marcará el inicio de nuestra ascensión. Será a partir de este punto donde habrá que estar atentos al seguimiento de las fitas que nos marcarán el camino.
Ya hemos hecho el calentamiento y tenemos por delante la bella y entretenida subida al Picaio que, en menos de un kilómetro y salvando en desnivel de casi 300 m. (buenas pendientes pues), nos elevará hasta su cima.



Iremos alternando tramos de senda con otros entre canchales de rodeno en los que habrá que estar atentos.







Un denunciable grafitti (anticipo de los que nos esperan en la cima)

Buena pendiente, sí señor.

Palmitos, chumberas (vaya plaga ésta) y pinos jalonan el ascenso
 Llegamos a una primera repisa donde encontramos los primeros restos de trincheras de lo que fue la Línea XYZ durante la Guerra Civil.


Sobre ellas encontramos esta covacha o abrigo.




Las dejamos atrás y continuamos el ascenso.

Al frente las Peñas de Guaita y a la derecha el Barranc del Diable y la Muntanya Negra


Alcanzamos una repisa con buenas vistas del litoral ...


... y de lo que nos queda por remontar todavía.


Más restos de trincheras y nos plantamos ...

¿Qué os llama la atención en esta foto? 
A algún desaprensivo se le debió ... ¿olvidar?. En fin ... desgraciadamente no será la única que nos encontremos a partir de ahora

... bajo las paredes más verticales que darán paso a la cima. A por ellas pues.

Por la izquierda asoma la cruz del Picaio

Espectaculares trampolines nos esperan


Esta penúltima fase de la ascensión requerirá del uso de las manos en algún pasito que se solventa sin más complicaciones.






Llegamos a un bonito balcón mirador un poco más abajo de la cima ...



A tiro
... de la que nos separa una pequeña travesía en horizontal ...



El tetris rocoso del Picaio desde una de sus canales
En la antecima podemos comprobar la cantidad de grafitis que afean el entorno y algunos "petroglifos" que ya tienen sus años. Me entretengo en fotografiarlos porque hay alguno la mar de curioso.








Breve descanso en la cima del Monte Picaio, primera tachuela de la Calderona desde el mar.

Monte Picaio (373 m.)


Sus modestos 373 m. no le restan belleza a esta espectacular atalaya con maravillosas vistas de la costa.


Sus narices trampolineras son un buen reclamo para los posados.
Así los inmortalizo yo ...




... y así ellos a mí.

(by Fernando)

(by Fernando)

Muchas fotos después toca bajar. Lo haremos siguiendo la pista hacia las antenas ...


... y que dejaremos por la izquierda para tomar el sendero que nos conduce ...


... hasta el Santuario de la Virgen milagrosa o de Santa Alicia.



Bajamos hasta la carreterilla, giramos a la derecha y unos pocos metros más adelante la dejaremos ...


... para seguir por un sendero que nace por la izquierda.


A veces sendero de buen pisar y a veces auténtica trialera que nos baja ...


... hasta otro conjunto de trincheras con caseta refugio de piedra seca.






Ahora viene un tramo algo confuso ya que desde allí mismo y por la derecha en dirección Oeste habrá que descender con precaución y entre canchales ...


... hasta localizar un rastro de senda con piedra suelta.


Vistazo atrás
En un momento estamos ante otra formación rocosa la mar de curiosa ...


... la Roca del Cocodrilo. No hará falta mucha imaginación para compararla con la cabeza del saurio.


Si os dais cuenta podemos ver hasta dos. El papá cocodrilo arriba y el retoño abajo, ambos con sus fauces bien abiertas dispuestos a devorar a cualquier incauto que ose meterse entre sus mandíbulas ...

Vistazo abajo


... como Fernando ...



... o el resto del equipo.

(by Fernando)

(by Fernando)


Afortunadamente salimos ilesos del encuentro y terminamos el pronunciado descenso ...



... hasta enlazar con el amplio camino del GR-10 que tomaremos por la izquierda ...



... y que nos devolverá al punto de inicio.


Y así transcurrió una estupenda mañana que culminamos con un almuerzo como dios manda en Puzol.
Una ruta cortita pero intensa y que dejó un buen sabor de boca.
Adéu.

8 comentarios :

Emilio Vera dijo...

'Hola, Paco! Una muy interesante y aventurera variante que no deja indiferente y que tendremos presente en nuestra agenda porque ofrece momentos verdaderamente espectaculares.
Un abrazo.

Toni dijo...

Hola Paco.

Siempre que paso rumbo a Castellón me fijo embobado en todas estas rodenas tachuelas de la Calderona y el Espadán, y me digo que seguro que hay subidas por esas paredes verticales. Y zas! aquí os metéis una entre pecho y espalda, donde esas fotos subiendo muestran la verticalidad del tramo.

Con la belleza de todos esos Tetris y cocodrilos de rodeno, llega el horror de los grabados. Hay que joderse!! Así pensando a bote pronto, solo conozco un caso que pintar una roca en la naturaleza me guste. Es el ejemplo de los Ojos de la Mora en Cuenca capital (búscalo en internet).
En Cuenca hay mucho detractor de esa pintada, pero a mi me gusta, me parece muy simbólica, y no afea, aunque es mi opinión. Pero es lo que te digo, yo creo que es el único caso que me gusta que pinten las rocas.

Ese almuerzo tuvo que ser de órdago.

Un abrazo.

paco domingo dijo...

Hola Emilio, me alegro que te haya gustado esta ruta. No dudes en hacerla y si te parece corta, que lo es, siempre puedes alargarla por la zona que, a buen seguro, bien conoces. Eso sí, no te pierdas el disfrute de los miradores y la bajada hasta el cocodrilo. Un abrazo.

paco domingo dijo...

Hola Toni, esta montaña es lo más próximo que tenemos de casa y como nos gusta hacer el cabra no desperdiciamos la ocasión. Esos bloques de rodeno hacen las delicias de cualquier montañero y aseguran un rato agradable.
De las pintadas decirte que no me gustan en absoluto. Sin embargo alguno de esos "petroglifos" (que ya tienen sus años) me parecen hasta artísticos y tendrán su historia detrás.
Los Ojos de la Mora me han encantado así como la leyenda que hay detrás. No afean el paisaje en absoluto. Una chulada.
Un abrazo.

Eduardo Pardo dijo...

Hola Paco.

Veo que os gusta empezar con un buen rock and roll, siempre con una subida intensa aunque bonita con toda esa roca de rodeno.

Los petroglifos resultan interesantes y seguro que los primeros se realizaron con algún motivo, luego alguno se apunta a la moda y esperemos que no continúen, tampoco es cuestión de llenar la montaña, ya sabes el dicho de lo poco gusta y lo mucho cansa.

La roca del cocodrilo, se ve muy detallada la forma de la boca, no pasa como en otras ocasiones que hay que echarle imaginación, aquí se ve claramente e incluso la inferior, eso sí, colocarse encima ella yo creo que no es la mejor opción para que se conserve ...

Un saludo

paco domingo dijo...

Hola Eduardo, una ruta corta pero sin tregua. El rodeno de la zona es todo un espectáculo y da mucho juego. De acuerdo contigo con lo de los petroglifos, en la cima hay muchos y algunos ya con historia. Quizás entrañen algún significado, comunicación o simplemente acreditar que estuvieron allí. Entonce no llevaban encima el spray de pintura, no como ahora que ensucian lo que no está en los escritos y eso sí que es más denunciable.
Respecto al cocodrilo, qué quieres que te diga ... No creo que sea una zona muy transitada, más bien es un rincón oculto aunque lo de las fotos es casi inevitable (esos trampolines parece que nos están llamando) y no voy a negar que pisarlo mucho puede deteriorarlo.En fin, sentido común como siempre nos ha caracterizado. Un abrazo.

Daniel Alcalá Almela dijo...

Hola Paco.

Otra "wild side" a la saca, y ya van...

El Picaio, con lo bonita que es esta montaña, y las vistas que nos ofrece, y que maltratada que está la pobre, que si las urbanizaciones con casino por aquí, que si esas fincas de naranjos por allá, los grafittis, por llamarlos de alguna manera, de su cumbre... ya solo le faltaba la nueva normalidad y sus nuevos guarros.
Lo de las pintadas no tiene perdón, pero oye, algunos de esos petroglifos tienen su punto interesante, pues están currados y tienen ya más de medio siglo de antigüedad. Por otra parte no creo que se inicie ahora, en estos tiempos de la inmediatez y de quererlo todo al instante, una tendencia de llenar las cumbres de grabados, sinceramente, no veo al millennial de turno perdiendo un par de horas de su tiempo grabando su nombre en una roca jejeje.

Viendo las fotos, cuando yo subí al Picaio el año pasado lo hice más menos por donde bajasteis vosotros, o sea, que debí pasar muy cerca de esos alligator de rodeno. A ver si en una próxima visita por la zona no se me pasan por alto.

Un abrazo.

paco domingo dijo...

Hola Dani, teniendo en cuenta la proximidad a la capital y el boom urbanístico de los años 70s con la construcción de la urbanización y el casino no es de extrañar lo maltratada que está la montaña. Respecto a los petroglifos, nada que ver con las pintadas que invaden la cima y alrededores, y eso es algo que desgraciadamente vemos con bastante frecuencia. A esos los ponía yo a limpiarlas con la lengua. Y ya tienes otra opción para subir y bajar del Picaio cuando tengas oportunidad. Un abrazo