Un viaje a la prehistoria cuando los dinosaurios dominaban la Tierra. Pisaremos donde lo hicieron estos animalitos hace millones de años. Icnitas, pinturas rupestres, abundante fauna salvaje, sensación de soledad y un toque aventurero, ¿se puede pedir más?. Toda una gozada que nos sirvió, además para sacarnos una espinita que se nos quedó clavada el día que vinimos a esta zona entre la Canal de Navarrés y la Hoya de Buñol para visitar la Cueva de Les Dones. Aquel día las escopetas nos obligaron a retirarnos con la bandera blanca.
Así pues, lo que en buena lógica hubiera sido todo un rutón (combinar la Cueva de Les Dones y la Rambla del Tambuc), acabó convirtiéndose en dos, lo cual tampoco está nada mal.
Ya os anticipo que las fotos que decoran esta crónica no son mías, han sido cedidas gentil y gratuitamente por Fernando y J.Manuel ya que mi cámara se quedó en casa (un simple e imperdonable olvido o alzheimer precoz, vaya usted a saber).
Bueno, eso hará que el menda aparezca en muchas de ellas, cosa poco frecuente.
Dicho lo cual ¡Gracias Amigos!.
Para llegar al inicio de la ruta habrá que tomar la carretera CV-580 que une Millares con Bicorp. Entre los kilómetros 34 y 35 encontraremos (está indicado) el acceso al Yacimiento Paleontológico de la Rambla del Tambuc.
Unos estupendos carteles informativos nos ilustran sobre lo que nos espera |
Bajaremos a la Rambla hasta un primer sector con pasarelas donde aparecen las primeras icnitas.
Si continuamos rambla arriba pasando bajo el puente de la carretera llegaremos al segundo sector donde las huellas son más numerosas y aparentes.
Volvemos sobre nuestros pasos y dejamos la zona de icnitas para seguir el recorrido de la rambla aguas abajo. A partir de ahí cualquier agujero similar en las rocas sería objetivo de nuestras miradas curiosas, es la fijación que se te queda con las icnitas y que hace florecer en nosotros un espíritu a lo Indiana Jones.
La rambla tiene diversos nombres a lo largo de su recorrido, de los Pilares, del Tambuc, del Zapatero o del Portillo, antes de acabar enlazando con la Rambla Seca que verterá sus aguas (cuando las tenga) al embalse de Escalona.
Su recorrido no tiene dificultad alguna a no ser que volviéramos a un régimen pluviométrico abundante, cosa bastante improbable en los tiempos climáticos que corren. Aparecen, eso sí, algunas pozas con agua lo que indica que a pesar de la sequía algunas surgencias de debe haber.
Al poco de adentrarnos por la rambla descubrimos en su margen izquierda el abrigo de Vicent, bien protegido con una verja, donde aparecen unas pinturas rupestres (no es fácil distinguirlas) con morfología animal típicas del arte rupestre levantino. Tanto las pinturas (hay más de veinte abrigos con pinturas en la zona, declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO) como las icnitas fueron descubiertas en época reciente por D.José Martínez Royo, vecino de Millares.
Continuamos el recorrido por la bonita rambla alternando zonas de rocas con otras de canchales.
En algunos tramos la rambla se encajona y toca hacer algunos sencillos destrepes.
Tuvimos un encuentro con esta culebra de collar (Natrix natrix) que se calentaba al solete y que posó sin inmutarse durante un largo rato. Al final se revolvió molesta resoplando en actitud defensiva.
Más o menos a esta altura y por encima de la rambla se encuentra la Cueva de Les Dones o de la Dona |
Y por el barranco que se cierra por la izquierda tuvimos que salir en nuestra anterior visita bajo la amenaza de las escopetas |
Pasaremos tras numerosos meandros junto a este tajo en la rambla, el Portillo con su Collado al que accederemos un poco más adelante ...
... cuando la rambla parece abrirse. Allí comenzamos la parte aventurera de la ruta. Salimos de la rambla por su margen izquierdo como buenamente podemos. Es la ladera de la Loma Cortada. Por sus cantiles superiores vemos pasar una familia de jabalíes que se escaparon de los disparos de las cámaras. Subiremos con la intención de alcanzar el collado del Portillo desde donde obtendremos una maravillosas vistas de la rambla. Pero la subida se las trae ya que no hay senda aparente y las aliagas, romeros y demás vegetación arbustiva son aquí de tamaño considerable y cuesta abrirse paso.
Pero una vez arriba el esfuerzo se ve recompensado con estas vistas:
Una vez arriba, tenemos vistas también del otro costado, la rambla del Zurgacho ...
... a cuyo cauce accederemos bajando por un perfil rocoso.
El collado del Portillo desde la rambla del Zurgacho. Se asemeja a las "hourquettes" pirenaicas que dirían los franceses |
Se puede volver a la carretera siguiendo esta rambla pero, por la información que disponíamos no es tan chula como la del Tambuc. Nosotros la cruzamos a la vista de un sendero que se apreciaba en la ladera de enfrente y que desembocaba en un cortafuegos ...
... y luego en una monótona pista ( la misma por la que se puede llegar a la bajada de Cueva de Les Dones) que llega hasta la carretera.
Rambla del Tambuc desde la carretera |
Una vez en ella, por la izquierda volveremos al punto de inicio.
Y así dimos por finalizado un espectacular viaje hasta el tiempo "Cuando los dinosaurios dominaban la Tierra" (divertida película de la Hammer que me transporta a aquellos cines de barrio, sesión contínua y bocata).
Adéu.
No hay comentarios :
Publicar un comentario