A partir de Julio las actividades montañeras por estos lares pueden resultar algo sofocantes y poco gratificantes salvo que busques el amparo del agua en forma de ríos, barrancos, embalses, pozas o zonas costeras donde pegarte un buen chapuzón. Aunque en años como el corriente encontrar parajes así (y me refiero al agua dulce) se pone, si cabe, más difícil ... salvo que te vayas a las cercanas sierras turolenses, como es el caso de hoy. En fin, menos mal que siempre nos quedarán los Pirineos, la vista y la mente ya las tengo fijadas allí, aunque todavía quedan a 500 kms. y a un par de semanas de aquí. Pero de ellos ya me ocuparé en su debido momento.
Para hoy tiraremos de la caja de las "pendientes" y nos iremos un poco más cerquita, a la Sierra de Javalambre.
Ganas tenía de hacer la ruta de los Amanaderos de Riodeva. Una ruta que podríamos llamar de las clásicas en la zona, sobre todo para esta época del año.
Un recorrido sencillo, bien definido y con el principal atractivo del agua, su discurrir y el fruto de su erosión.
Mejor nos vamos al pueblecito turolense de Riodeva y os voy explicando lo que podréis ver.
Desde Camarena de la Sierra parte una estrecha carretera (el desvío está señalizado y lo encontraremos cruzando la población, por la izquierda). En poco más de 14 kms. por esta carretera de montaña llegamos a Riodeva. En las afueras encontraremos un pequeño parque junto al río donde podemos dejar el vehículo.
Un cartel nos indica el comienzo de la pista de los Amanaderos o camino de los Arcos. Esa pista será nuestro camino de vuelta aunque, quien lo desee puede seguir por ella en coche hasta los Amanaderos.
Por esa pista regresaremos, el inicio lo encontraremos volviendo al pueblo en un camino que sale por la derecha |
A lo lejos ya se vislumbran las paredes rocosas que son el acceso a la Rambla de los Amanaderos.
Justo allí veremos las señales del GR-8 por el que transitaremos en el camino de ida.
Pasamos bajo una canalización de agua ...
... y un poco más adelante junto a la balsa de la que nos hablaba el lugareño.
A continuación llegamos al Molino Montereta, reconstruido y sede del Centro de Interpretación (CIREA).
Estaba cerrado, por cierto. Allí el río propiamente dicho se va por la izquierda y nosotros continuaremos remontando la Rambla de los Amanaderos.
Una parada arriba del Molino para ver la primera cascada que nos encontraremos en la ruta.
Salto del Molino |
Tomamos el desvío para verlo y comprobamos que, tras cruzar el río, el camino se difuminaba haciéndose intransitable por lo que dimos media vuelta hasta el GR de nuevo.
Seguimos subiendo por una parte más aérea y atravesamos alguna pedrera que se desliza por la ladera.
Un nuevo desvío para ver, ahora sí, el Salto de la Virgen Blanca, una espectacular caída de 48 metros.
Seguimos nuestro camino aguas arriba y llegamos al siguiente salto, Polainas.
Allí podemos cruzar el río y acercarnos a los miradores de esta bonita cascada.
El lugar invitaba a la relajación y a ello nos pusimos, eso sí, dando cuenta del bocata.
El caso es que, sin hacer excesivo calor, la poza con sus cristalinas aguas ya invitaba al baño.
Seguimos adelante. Ahora vadeamos varias veces el río ...
... antes de llegar a otro pequeño salto que cae sobre una preciosa poza.
Muy fotogénico lugar donde, ahora sí, el chapuzón se hizo irresistible. Algún valiente se dio el gustazo de un baño completo ...
... mientras el resto nos conformamos con remojarnos hasta las rodillas.
El agua cristalina como pocas he visto y "pelín" fría. Un par de barranquistas iban aguas abajo.
A secarse y seguimos.
La senda nos lleva ahora a un espectacular rincón, el Salto de las Ninfas (24 metros). El agua se desploma encajonada entre los bloques de rodeno dibujando una preciosa cascada.
El camino la remonta por la derecha con un tramo de escaleras y barandillas.
Nos espera el último y más espectacular de los Saltos, el de las Yeguas (22 metros).
El agua se desploma dibujando una cascada sobre una cavidad tobácea tapizada de vegatación. Un grupo de barranquistas bien pertrechados rapelaban el Salto.
Casi casi hemos llegado al final del barranco. Arriba de la cascada hay una bonita pinada con paneles informativos donde confluyen la pista que viene de Riodeva con la de Camarena de la Sierra (desde donde también se puede acceder en coche).
Otro buen punto para iniciar esta ruta.
Unos metros más arriba, por la pista de Camarena, llegamos a los Amanaderos, afloramientos de agua que proviene de Javalambre y que aquí ve de nuevo la luz. Se nota el estío y la vimos manar en dos puntos.
Un buen lugar para rellenar las cantimploras y pegarse un buen trago.
(by Fernando) |
Pista de regreso |
Vista atrás, al fondo la cima de Javalambre |
Al fondo ya vemos Riodeva |
De nuevo en la pista llegamos enseguida al inicio de la ruta.
Este regreso no tiene nada destacable, monótona pista por laderas peladas, por lo que parece más aconsejable, y más en esta época del año, regresar por la rambla de los Amanaderos y volver a deleitarnos con sus cascadas.
Resumiendo, un recorrido muy pintoresco, atractivo, sencillo y muy refrescante; con una excepcional calidad de las aguas (las más limpias que he visto por estos lares).
De modo que, no lo dudéis, ... ¡Al agua patos!.
(by J.Manuel) |
Un abrazo.
2 comentarios :
Iba a decirte: "Ese par de barranquistas éramos nosotros", pero por lo que veo cuando llegasteis al parking del Salto de las Yeguas mi Xsara todavía no estaba allí, lo que te comenté en mi blog, a la hora que empezábamos nosotros, vosotros ya estaríais con la cerveza en la mano.
Gracias por la mención, y a ver si coincidimos ya de una jajaja.
Un abrazo.
Yo entendí que vosotros estuvisteis el sábado anterior (28/06). De todos modos una bonita coincidencia y lo que dices ... si no coincidimos por casualidad habrá que forzar una quedada allá para el próximo otoño, ¿no te parece?.
Un abrazo Dani y feliz verano.
Publicar un comentario