Un día para el recuerdo.
Por la ruta propiamente dicha y por la compañía, hoy por hoy binomio inseparable para el abajo firmante.
Como si de un "encuentro bloguero" se tratara, sin ánimo de hacer competencia al "oficial" (el próximo, ya en su 4ª edición organizado por
Los amigos de Casiaventurilla no me lo pierdo), J.Manuel Roca (
Rocacoscolla) convocó esta cita a la que se unieron nuestros amigos de
Casiaventurilla,
Ángel Salom,
Simón Corresendas,
Toni Martín y amigos,
Desplome de Onda y el
Club Navalón de Sagunt.
Treinta y dos apuestos senderistas y un can dispuestos a pasarlo bien por los preciosos rincones que nos regala la sierra de Gúdar.
La propuesta era llegar al nacimiento del río Mijares desde la población turolense de El Castellar.
Un río que nos ha regalado bonitas rutas una vez se adentra en tierras castellonenses y que ahora íbamos a remontar hasta encontrar sus fuentes.
Además, y como enseguida os cuento, descubrimos una espectacular sierra (del Chaparral o Portillo Ramiro) y los barrancos que la surcan desde donde manan frescas aguas que enriquecen la comarca de Gúdar.
Nos basamos para ello en el track de
Santigrau, conocedor de la zona. A la postre resultó casi indispensable seguirlo por la ausencia de señales y marcas en la mayor parte del recorrido.
Una vez todos reunidos en la plaza del Castellar y pasadas las 8h de la mañana, comenzamos a caminar
en dirección al barranco de las Malezas y su fuente. Una poste a la salida del pueblo nos indica la dirección a seguir.
La senda nos lleva junto al cauce del río Valbona que nace justamente en la fuente de las Malezas y regalará sus aguas al Mijares.
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Por el barranco de las Malezas |
Lo vadearemos sin problemas en alguna ocasión mientras ascendemos hasta llegar al prado donde se encuentra el Mas del Rebollar Alto.
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Panorama del paraje del Mas del Rebollar |
A partir de ahí el barranco se va encajonando hasta llegar a la fuente, a buen recaudo en una caseta.
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Remontando el barranco de las Malezas, abajo la caseta de la fuente. |
Seguimos remontando por la senda y toca rebasar una valla de alambre y no será la única.
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Simón ayudando con la valla a Fernando |
Pasamos junto a una cueva cerrada por un corral para el ganado.
Un poco más adelante encontramos una soleada y verde ladera con bonitas vistas sobre el valle y el pueblo del Castellar. Como ya nos habíamos ganado el almuerzo no era cosa de rechazarlo y allí mismo cumplimos con el sano ritual del bocata, la bota de vino, los cafés y algún licorcillo que otro. Sí, sí que es dura la vida del senderista...
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Rematando el almuerzo |
Estamos en la cota 1500 m. y los pinos van dejando paso a los prados de montaña, los enebros y las sabinas rastreras.
Más arriba encontramos unos riscos que nos invitan a dejar la senda para treparlos y así lo hicimos. Más vistas para inmortalizar.
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Hacia las peñas...si es que la cabra tira al monte...!!! |
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Ahora toca bajarlas... |
Localizamos la cabecera del barranco que nos llevará hasta el nacimiento del Mijares y toca bajar por él sorteando los bloques de piedra y siguiendo algunas marcas de pintura verde fosfo. Aparecen los primeros rastros de agua que se escurre entre pozas y charcos en un ambiente de gran belleza.
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De bajada hacia el nacimiento del Mijares |
Como el agua siempre fluye hacia abajo toca remontar un poco hasta localizar lo que parece ser el primer manantial del Mijares. Una cruz pintada y otra de ramas parece dignificar el lugar.
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El nacimiento del Mijares (el fosfo sobraba). |
El musgo, la hierba, las florecillas (preciosas y abundantes las orquídeas) el riachuelo en descenso, los bloques de piedra que redibujan el cauce, la cascada de caliza tobácea tapizada de musgo, dotan a este paraje de una belleza singular.
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Una orquídea abundante en la zona (Dactylorhiza fuchsii) |
Bajamos siguiendo el curso del riachuelo disfrutando de encanto del lugar hasta enlazar con una pista que tomamos hacia la derecha. Tras un pequeño trecho por una magnífica pinada dejamos la pista para adentrarnos por otro barranco que sale por la derecha y que nos conduce a la fuente la Diana y su abrevadero.
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Abrevadero de la fuente de la Diana |
Allí hicimos la foto de grupo que hoy requería un escenario a medida.
Tras el indispensable testimonio gráfico hubo quien optó por seguir subiendo el barranco, que se cierra con grandes bloques de piedra que se trepan sin dificultad, y otros que los rodearon hasta salir de nuevo a la pista con señales de PR-TE 28.
Seguiremos la pista por la izquierda para abandonarla, un poco campo a través, para acercarnos a la cresta de la sierra del Chaparral y disfrutar con las vistas que nos ofrece. Un verdadero lujo el poder contemplarlas, sí señor.
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Vistas desde el punto más alto de la ruta |
Fotos panorámicas obligatorias.
Recorremos la cresta en dirección sur para comenzar a descender bruscamente pasando junto a una trinchera de la guerra civil.
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José y Mari atrincherados. |
Un pequeño destrepe y luego un vertiginoso descenso con pedrera al principio. Aquí cada uno fue a su ritmo. La exigente bajadita así lo requería.
Al final enlazamos con la pista del Chaparral. Ángel Salom propuso acercarnos siguiendo la pista por la derecha a la fuente de la Canaleta que tenía localizada en su mapa. Feliz hallazgo éste. El agua manaba fresquísima y nos remojamos por dentro y por fuera. Una gozada.
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Fuente y abrevadero de la Canaleta...nos vino de perlas. |
Volvemos sobre nuestros pasos para continuar en la otra dirección hasta tener a la vista un corral abandonado y una balsa más abajo. Allí sale una senda que nos bajará hasta la Masía de la Andihuela que ya divisamos allá abajo.
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Bajando de la sierra. |
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Masía de la Andihuela |
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Panorámica de la sierra del Chaparral desde la Masía Andihuela |
El grupo se había roto en varios trozos y hubo que reagruparse antes de enfilar el último tramo de la ruta.
Un último tramo que, como no podía ser de otra manera, nos deparó otra agradable sorpresa, el barranco de la Andihuela. La senda no tiene desperdicio. La vegetación de ribera se manifiesta aquí esplendorosa. El color ferruginoso de la roca y las areniscas daban un toque lunar a este tramo. La ladera de enfrente con su pinada, el rumor del agua y sus pozas.
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Barranco de la Andihuela |
Un bonito remate para la jornada y eso que íbamos a toda pastilla. Con el castillo del Castellar a la vista, una última subida tras atravesar el río Valbona, y ¡ale-hop!... redondeamos un memorable sábado.
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Llegando al Castellar |
El redondeo vino después, con la comida que celebramos en Mora de Rubielos, a la que se unió Merche, Ana, Laura, Teo y un futuro senderista...Pau, para disfrute de su abuelo que se le caía la baba, por cierto.
En los cafés pudimos reirnos un buen rato con la batalla de chistes de los Ximo's, antes de volver a casa.
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Fin de fiesta en el "Fogón de Mora"...de Rubielos. |
En mi caso, más contento que unas pascuas. Por haber disfrutado de una de la rutas más bonitas de esta temporada (sin temor a equivocarme) y de una compañía de lujo. ¡Sí señor!.
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Vaya lujazo de gente ...(by J.Manuel). |
Adéu.