martes, 14 de junio de 2011

GR-7 (6) VILLAHERMOSA DEL RÍO - MONTANEJOS (11/06/2011)

Una etapa con una "agradable sorpresa" y un final "relajante".
Esto sería más que suficiente para catalogar la ruta, pero como todo no van a ser placeres de la carne, también tuvo su lado duro, porque se trata de un trayecto bastante exigente con un par de subidas de las que se recuerdan y hacen mella en el cuerpo (en las piernas mas bien).
A pesar de tener 10 kms menos que la anterior del GR-7 (esta vez fueron casi 30 kms), a mí me castigaron un poquillo más.
Se cumplió el horario previsto casi al minuto (no sé cómo puñetas lo hace J.M. , pero lo clava, con traslados incluidos), y para ello hubo que recuperar un poco de tiempo (ese peazo de almuerzo tuvo la culpa) a base de un ritmo muy pero que muy cañero. Me gusta este adjetivo que todo buen senderista ,o no, comprende.
Pues eso... etapa cañera.



Dos nuevos taxistas acudieron a nuestra llamada para trasladarnos desde Montanejos a Villahermosa  (sigo pensando que te solucionan un problema de logística y vale la pena chorrearse unos eurillos  y así vamos todos junticos y acabamos en los coches).
 Recién tocadas las 8 en la campana de la Iglesia de la Natividad de Villahermosa, iniciábamos el camino. Nos despedíamos de este precioso pueblo bajando hacía el río que lleva su nombre y tras atravesar el barranco del mas de la Peña iniciábamos la primera subida del día por una senda zigzagueante bajo un precioso pinar.



Bonitas vistas de Villahermosa y su telón de fondo, el macizo de Penyagolosa difuminado entre las nubes. Llegaremos por esta pista hasta el refugio de Pino Cacho, justo enfrente está el hermoso ejemplar que le da nombre (alcanzamos la máxima altura de la jornada).



 La senda, tras la contínua subida, nos conduce al Llano de la Cañada. Un mas aparentemente abandonado con algunos cerezos en su entrada. La tentación de los frutos rojos pudo con mas de uno (una pena que a mí no me gusten las cerezas). Junto a unos ribazos de piedra aparece un precioso bosquecillo de carrascas que atravesamos. Algunos ejemplares de robles se dejan ver también mientras llegamos al barranco de San Bartolomé, un santo muy querido por estos parajes. Brota el agua entre los juncales y la acompañamos hasta el paraje de la ermita de san.....Bartolomé, por supuesto. Un precioso lugar convertido en alojamiento rural, con sus bungalows, su zona de picnic, y sus campos aledaños repletos de flores.
Y "hete aquí" la sorpresa de la jornada (aunque estábamos avisados para no tener que portear el almuerzo). Nuria y Paco nos obsequiaron con un suculento ágape (banquete en el que no faltó de nada : bocatas variados,cervecita,vino, tartas y café) para hacernos partícipes de su felicidad tras haber "oficializado" su relación (...ay! hacienda...). Un precioso detalle que desde aquí quisiera agradecer, deseándoles lo mejor de lo mejor que, sin duda, se merecen.



Salud y montaña para ambos, y un grato recuerdo del momento para todos. Por cierto, no faltó la lluvia de arroz típica de estas ocasiones. Repito, mucha felicidad para la pareja.
Nos costó reanudar la marcha (más de uno hubiera finalizado allí mismo la ruta), y mas, a sabiendas de que nos quedaban 23 kms. por delante.
Nos comemos unos metros de asfalto (no serán lo únicos del día)  y pronto aparecen las sabinas junto a las carrascas (habrá que ir olvidándose de este tipo de vegetación conforme avanzamos hacia el sur). Estamos en la partida del Pellejero. Con la carretera (CV-190 de Zucaina a Cortes de Arenoso) a nuestra derecha llegamos a un verde y tupido trigal y la senda se pierde. Dos opciones: o lo evitas por la derecha junto a la carretera hasta su ribazo, o lo haces por la izquierda y lo atraviesas a saco hasta un poste con la señal del GR que se divisa enfrente. Aquí cada cual que se las apañe, pero...resulta algo travieso y seductor atravesarlo por el medio...jejeje. No lo digo por nosotros, dios me libre.



Entre pinos y coscojas aparecen campos de cultivo (cereales, avellanos y algún frutal). Señal de que nos acercamos a la civilización. Llegamos al pueblo de San Vicente de Piedrahita, el santo (san Vicente Ferrer) nos recibe en su peiró a la entrada. Preciosa su plaza (conjunto Monumental de la provincia) con sus bien conservadas casas, su fuente y la iglesia de San Vicente con su fachada renacentista.



Atravesamos el pueblo y  continuamos junto a un murete de piedra en dirección al barrio del Cerrito, a las afueras. Bajamos hasta la carretera en el paraje de la fuente de la Canaleta. Nos volvemos a comer otro tramo de asfalto (1,6 kms.), hasta llegar a un caserón derruido (lo dejamos a la izquierda). Allí el GR continúa por la derecha. Dejamos la carretera y nos adentramos en un precioso y tupido pinar.



Vamos por una pista de buen pisar. La sortearemos un par de veces por senda (es el GR) para evitar sus lazadas que nos descienden hasta el profundo barranco de Palos. Antes dejamos la pista que conduce a la aldea de la Artejuela habitada por una comunidad "neorural" (hippies de los 60s y 70s para entendernos. Ver http://www.alter21.es/?p=3114). Se observan un par de autocaravanas a la entrada. En este punto nace un sendero que zigzaguea hasta el lecho del barranco. Podemos oír el rumor de sus aguas, abundantes esta primavera. Cruzamos el riachuelo y continuamos aguas abajo durante algunos metros hasta que las paredes nos obligan a abandonar el cauce por una senda que tira para arriba por su derecha. Llegaremos a una pista abandonada que tomaremos hacia la derecha. La dejaremos trescientos metros después, mucha atención a este punto ya que no hay señalización alguna (reconstruimos una fita para marcarlo).








Aquí nace un senderillo que durante un par de kilómetros en constante y dura subida por la umbría del monte Zorrero nos llevará hasta una carretera forestal. Estamos en el tramo más espectacular de la ruta, por su dureza y por el bonito bosque que recorre. Reaparecen los enebros, las sabinas y algunos arces. Nos volveremos a comer algunos cientos de metros de asfalto, pero nos sirven para recuperarnos un poco de la dura subida. Dejamos la carretera saltando un quitamiedos (atentos a las marcas) y entre pinos atravesamos el arroyo Manzana y ahora toca subir un poco hasta el Plano Gimeno. Ya estamos descendiendo de nuevo por la ladera del monte Copa. Enfrente divisamos el Morrón de Campos y el inicio del barranco de la Maimona, señal de que nos acercamos a Montanejos, que por fin aparece ante nosotros allá abajo. Atentos a las marcas junto a una pista cementada. Atravesamos un denso pinar y aparecemos en el puente del Mijares.



 Son las 16:10 horas y llegamos al parking de la Fuente de los Baños, donde nos esperaban los coches custodiados por un gentil agente de la Policía Local de Montanejos para sablearnos tres eurillos por vehículo estacionado. ¡Gracias agente!.



Foto de grupo y  varios de nosotros ,como locos, a darnos un merecido y reconfortante baño en las templadas aguas mineromedicinales. Vamos...un ratillo de spa, que se agradeció. Después una comida-merienda (los estómagos la reclamaban con urgencia) y para casa.



Tuvimos buena climatología durante todo el día, con algunas nubecillas que atenuaron el impacto del sol. Al final incluso, cayeron algunas gotillas.
Volveremos a Montanejos, pero eso lo dejaremos para el próximo curso...allá por septiembre, para reencontrarnos con nuestro amigo...el GR-7. Aquí estaré para contarlo...
Adeu!

2 comentarios :

ALEX dijo...

Hola Amig@s desde el grupo Casiaventurilla Senderismo creemos sinceramente que os lo mereceis.

Hemos recibido a traves de un par de blogs amigos este premio y las normas dicen que debemos de compartirlo con otros 12 blogs, hemos pensado en hacerlo con vosotros, podeis pasar por nuestro blog y recogerlo para que lo podais publicar en el vuestro...

Las normas más o menos dicen:


Guarda la imagen y posteala en tu blog
Pasa este premio a 12 Blogers
Pon un Link a los nominados
Haz saber a los nominados que han recibido este premio
Comparte tu aprecio y pon un link al blog del que recibiste este premio.

Saludos

Anónimo dijo...

Gracias Paco.
Nos has trasladado a la dura ruta y al recuerdo de nuestro almuerzo.

Un abrazo
Paco y Nuria