Le doy vueltas y elijo una ruta sencilla, acorde a mi estado. Hace tiempo que la hice y siempre es bueno volver a los clásicos. Y la ruta de la Peña Cortada es una de las clásicas del senderismo valenciano. Ya puestos la alargaré un poco haciéndola circular, le añado la vuelta desde Chelva a Calles siguiendo la Ruta del Agua, según la descripción y track de Anda con Tio Canya. Serán 14,5 kms con poco desnivel. Circularé gran parte del camino por el PR-CV 92, bien señalizado.
Pues allá vamos ... la cabra vuelve al monte ...
Son casi la nueve de la mañana de este veraniego martes de septiembre. Salgo del pueblo de Calles atravesando el puente sobre el río Tuéjar y tomar su margen derecha contracorriente.
Saliendo de Calles |
Salimos por el barrio de la Ermita de Santa Quiteria junto a las últimas casas y chalets.
Al principio vamos por pista asfaltada y pasamos por debajo del gran puente de la autovía CV-35.
Al poco llegamos a la fuente del Sapejo, la primera de las muchas que hallaremos en la ruta.
Desaparece el asfalto. Un primer desvío ofrece la posibilidad de subir al cerro de la Torre Castro. Yo sigo hacia adelante hasta que el barranco se cierra. Otro desvío marca la posibilidad de seguir por la rambla (hay que mojarse) o subir hacia el viaducto. Así que para arriba vamos.
Un camino escalonado y bien protegido nos acerca a unos miradores antes de acceder al viaducto.
Una maravillosa obra de la ingeniería hidráulica en tiempo de los romanos (siglo I d.C.), por la que transitaremos.
El camino está tallado en la roca y atraviesa varios túneles mientras se acerca al enorme tajo en la montaña y que le da nombre, la Peña Cortada.
La aviación me ataca |
Salida de la Cortada |
Sólo por cruzarlo y contemplarlo detenidamente vale la pena hacer la ruta.
Desde allí, la senda continúa en descenso. Unas rocas la taponan por algún desprendimiento reciente (?).
Acabamos la bajada y llegamos a un llano arbolado desde donde nace otro desvío que, por la rambla de Alcotas, nos acerca hasta la base del acueducto. Unas escaleras de madera facilitan el acercamiento.
Desvío hacia la base del acueducto por la rambla |
Vale la pena acercarse en un momentín.
Nos metemos de nuevo en la rambla de Alcotas |
Sencillamente impresionante |
Hay que estar atentos ya que, enseguida, el PR se desvía por la izquierda (si continuamos por la pista llegamos podemos ver los restos de otro acueducto).
Una senda atraviesa el collado Saleras y nos deja en una pista que tomamos por la derecha camino de Chelva, ya a la vista.
Iremos atentos a las pinturas del PR. Buenas vistas del Pico del remedio y de la torre vigía de la Torrecilla.
Hay una fuente a la derecha del camino aunque sin clorar.
Así, entre campos de cultivo y casas de labor llegamos a la rotonda de entrada a Chelva.
Atravesar el pueblo es una verdadera delicia.
Llego a la Plaza Mayor, con el Ayuntamiento y la Iglesia de los Ángeles.
Desde allí, y procurando localizar las señales del PR, callejeamos por el barrio Judío recreándonos en sus plazuelas, ermitas y fuentes. Toda una lección sobre la historia de la Villa. Una gozada.
Antiguo Ayuntamiento |
Plaza del Arrabal |
Ermita de Santa Cruz construida sobre la antigua mezquita del Arrabal |
Ermita de los Desamparados |
Las últimas casas del Arrabal nos saludan mientras el camino bien señalizado como Ruta del Agua nos baja al cauce del río Tuéjar.
Es el paraje de la fuente del Cuco.
Cruzamos por el puente y subimos por la izquierda con bellas vistas de Chelva.
Llegamos a un desvío. El PR continúa por la ladera pero lo abandonamos por una escalinata que nace por la izquierda y que nos devuelve junto al cauce.
Otra de las maravillas de la ruta. Una estupenda vegetación de ribera en la que destacan esbeltos eucaliptos hace muy agradable la marcha.
Llegamos a la abandonada estación hidroeléctrica de Fábrica de la Luz, en uso hasta principios de los 80 y que suministraba a los municipios de la comarca.
Seguimos el cómodo paseo junto al río desestimando los desvíos que aparecen en adelante, una vez hemos cruzado a la margen izquierda.
Así llegamos enseguida a las inmediaciones de Calles. Una verdadera chulada este tramo. Tentado estuve de pegarme un chapuzón.
Por hoy ya ha estado bien. No me he resentido de mi tobillo lo que me alegra una barbaridad. Comienzo a ver la luz después del túnel...
Ahora, unos días a Andorra con mi hijo Jordi y Judit (... ya veremos lo que me tienen preparado... algo de montaña, seguro) antes de la vuelta al curro.
Os lo contaré a mi regreso.
Adéu.